Adam Elsheimer: Aurora, hacia 1606. Herzog Anton Ulrich-Museum, Brunswick (Alemania). |
(Soliloquio desdoblado)
—No está nada claro cuál sea la verdadera sustancia de la luz.
—Ni siquiera si la luz está más allá de nuestros ojos.
—Ni si lo verdadero es algo más que una quimera.
—Ni si la quimera importa al fondo mucho.
—¿Y qué decir entonces del insomnio?
—Tampoco es improbable que sea sólo un sueño.
—Un sueño que se empeña en negarnos el placer de soñar.
—O viceversa.
—Puede que estemos al borde de un azar resbaladizo.
—Y hoy parece haber amanecido el domingo postrero de las dudas.
—Si es que, a estas alturas asonantes, significa ya algo el calendario.
—Y una pregunta al fin subiendo con el sol...
—Al borde del abismo, ¿quién nos pedía dar un paso al frente?
—Ni siquiera si la luz está más allá de nuestros ojos.
—Ni si lo verdadero es algo más que una quimera.
—Ni si la quimera importa al fondo mucho.
—¿Y qué decir entonces del insomnio?
—Tampoco es improbable que sea sólo un sueño.
—Un sueño que se empeña en negarnos el placer de soñar.
—O viceversa.
—Puede que estemos al borde de un azar resbaladizo.
—Y hoy parece haber amanecido el domingo postrero de las dudas.
—Si es que, a estas alturas asonantes, significa ya algo el calendario.
—Y una pregunta al fin subiendo con el sol...
—Al borde del abismo, ¿quién nos pedía dar un paso al frente?
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