martes, 30 de abril de 2019

Festival de Teatro de Valdemoro


(Lecturas en voz alta). Me llega el cartel del XXV Festival de Teatro de Valdemoro. En un repertorio en el que figuran obras de Mihura, Jardiel o Casona, además de los nombres de Molière o la Alicia de Carroll, aparece también Momias en tránsito, el «entremés egipcio» de mi compi Sagrario Pinto. Una nueva andadura para las divertidas peripecias de Yamesé, Nevercity y los gatos cantores. ¡Mucha suerte!



La aurora de la siesta

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«La Emperatriz», carta de la Baraja Pierpont-Morgan Bérgamo
del Tarot Visconti-Sforza, h. 1420.
La emperatriz despertó de su hora de la siesta y tuvo una revelación nominal: a partir de ese momento debería ser llamada emperadora. «Una emperadora empoderada», dijo para sí, sonriente, satisfecha, danzarina, precursora.
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lunes, 29 de abril de 2019

Sin título

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Luces, sombras y reflejos en la vereda. AJR, 2019.
El tiempo pasa envuelto en oquedades.
De un agujero a otro, sólo es cierta
la sed del cuerpo y la vereda abierta 
entre las cosas y sus vanidades.
Razón de ser sin fondo, en las edades
del hombre, y sobre el quicio de la puerta,
sobrevuela la sombra de la incierta
niebla con que se cubren las verdades.
Que son muy pocas, tal vez sólo una:
esa pregunta que nunca se acaba
y el zumbido insidioso de la fuerte
ley que se cumple sin cesar. La luna,
indiferente, alumbra el río de lava
que desemboca en el mar de la muerte

Palabras de Erice

Erice durante el rodaje, en Portugal, de Vidrios partidos. Foto: Nautilus.
(Lecturas en voz alta). Del máximo interés, imprescindible para todo amante del cine, considero la entrevista que Carlos Reviriego le hace a Víctor Erice en El Cultural. Palabras y reflexiones pertinentes sobre el fin del arte de la sala oscura, las posibilidades y limitaciones de las nuevas tecnologías y las nuevas formas de consumo de historias en imágenes, el valor de la crítica, la diferencia esencial entre "mostrar el mundo" o recrearlo digitalmente... Erice, a su altura

sábado, 27 de abril de 2019

Después de votar



(Ecos- postvoto 1)
La grandeza alegre de la democracia. 
Sencillamente.


(Ecos postvoto 2)
La ocasión más concurrida, tal vez sólo igual que la primera. Huele a récord de participación.

(Ecos postvoto 3)
Ante las urnas, un llamativo número de personas en sillas de ruedas (¿una decena?), a menudo acompañadas de cuidadoras latinas...

(Ecos postvoto 3b)
... y también un buen número de carritos de bebé (conté hasta siete). «Aprendizaje de futuro» (comento, sonrisas).

(Ecos postvoto 4)
«Los de Vox no parecen entender que, de haber triunfado lo que defienden, su partido no existiría» (oído en la cola).

(Ecos postvoto 5)
Respondo a unos chicos muy jóvenes que están haciendo unas «israelitas». Es la primera vez que me ocurre. Intuyo por sus gestos que mis respuestas no son minoritarias. M’alegro.

(Ecos postvoto 6)
Paradójicamente, la ausencia de móviles visibles en la sala de votación me lleva a pensar que quizás sea ésta la última vez que, en unas generales, votemos a pie de urna.

(Ecos postvoto 7)
En el camino de vuelta a casa, las terrazas y las barras de los bares bullen de gente. Como otros domingos, pero con mayor animación. ¿Cómo pensar que podamos estar esperando a los bárbaros?

(Ecos postvoto 8)
Votar en masa, pero de uno en urna. Quizás eso sea lo más importante.

(Ecos postvoto 9)
¿Un pronóstico? Puramente intuitivo: el PSOE se queda al borde de la mayoría absoluta y obtiene un gran triunfo en Cataluña. Vox sorprende. ¿En qué sentido? No meneallo...

(Ecos postvoto y 10)
Y a ver qué pasa... (fruta madura).

viernes, 26 de abril de 2019

Hipérbatos

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Textos a la calle. Madrid, López de Hoyos.


(Al paso). 
Qué bien suenan los hipérbatos en la de la ciudad movida noche.

jueves, 25 de abril de 2019

Hablarle a Borges (18)

(Hablarle a Borges, 62). Dicen que Borges dijo o escribió: «Es muy difícil explicar un agrado».
Y se me ocurre: «Tal vez sea suficiente con mostrarlo y, si a mano viene, incluso exhibirlo. En el grado necesario, claro». 
Pero fue Luisito @Luicho_Fig el que dio la primera respuesta que se me vino a la cabeza. Esta:
La imagen puede contener: una persona, sonriendo, noche y primer plano
La Agrado de Todo sobre mi madre.
(Hablarle a Borges, 63). Dicen que Borges dijo o escribió: «Es difícil pensar en el tiempo con un principio o un fin. Estamos siempre en el centro del tiempo». 
Y, con el mismo impulso, se me viene a las mientes (que ya es venir) y sin solución de continuidad (signifique lo que signifique): «El centro del tiempo, la línea del horizonte, el ojo del huracán, el fragor de la batalla, el corazón de las tinieblas, el árbol del ahorcado, el nido del cuco, el huevo de la serpiente... El tiempo y sus películas».


La imagen puede contener: una persona, de pie y de traje
Borges ante la ventana de la casa de Evaristo Carriego.


(Hablarle a Borges, 64) Es sabido que Borges, tras un viaje a Japón, escribió 17 haiku, entre lo que figura este:

«Desde aquel día
no he movido las piezas
en el tablero».


Y, en la misma tesitura, se me ocurre una triple jugada:

1
El tiempo pasa.
Reyes, Damas, Peones:
lluvia y arena.

2
Son triples tablas:
el Diablo, la Muerte
y el Caballero.

3
Perpleja, acude
cada noche la Sombra.
Y no me encuentra.

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Borges en Japón, durante un viaje de finales de 1979,
en compañía de su traductora y de la mano de María Kodama.

Grandola... ¡y van 45!


(Audiciones en voz alta). Lamento el posible solipsismo, pero he de admitir que, al caer hace un momento en la circunstancia de la fecha y en el recuerdo de la Revolución de los Claveles (nunca la llamamos Revoluçao dos Cravos!), lo primero que se me ha venido a la cabeza ha sido un exabrupto: «¡Joder, si ya hace 45 años!: nadie nos previno nunca sobre el hecho de que de algo pudiera llegar a pasar semejante cantidad de tiempo...». 

Así que he mirado hacia dentro para tratar de sintonizar con aquel muchacho perplejo de 20 añitos, y no me ha resultado difícil. Incluso diría que sigue ahí, y liberado, además, de algunos equívocos de importancia, de ciertas ataduras afectivas más bien enfermizas, de los automatismos simplistas del maniqueísmo... 

Liberado, también, no sin lamento, de cierta ingenuidad tan irresponsable como lúcida, de la osadía, de la falta de osadía, de esto y de lo otro. Qué se fizo, Dios mío, cómo era... Qué desvarío. He buscado a Dulce Pontes para que su dulce ritmo pausado me ayude a sentir sin vértigo.

miércoles, 24 de abril de 2019

La convers(ac)ión

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Benozzo Gozzoli: Tolle Lege. 1464-1465. Fresco. Iglesia de San Agustín, San Gimignano (Italia).
«Una, dola, tela, catola..., una, dola, tela, catola...». Las voces de los juegos infantiles llegaban al jardín mezcladas con el tempestuoso oleaje de mi corazón. Iban y venían los lugares, las memorias, los afectos, todo confundido en una corriente sensorial que parecía ser ella misma la vida que ansiaba, la plenitud del que fluye sin saberlo. Fue entonces cuando distinguí con total claridad la alegre cantilena irresistible: «Tolle lege, tolle lege»... Y desde entonces no hago otra cosa.
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martes, 23 de abril de 2019

Miguela del Burgo, in memoriam



Fue un homenaje hermoso, emotivo e incluso alegre, el que le rindió la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid a la gran pedagoga y maestra Miguela del Burgo, también escritora sensible y persona comprometida con la vida, fallecida el pasado 10 de febrero. Casi al mismo tiempo que se iniciaba el acto, nos llegaba la noticia de que la Junta Municipal de Hortaleza, su barrio, decidía por unanimidad ponerle su nombre a una calle del distrito. Aquí lo cuenta con brillantez y exactitud nuestro amigo y gran cronista Juan Cruz. No tardaremos en darnos un paseo por allí en su memoria. Descansa en paz, amiga. Gracias por tantas cosas y en especial por algunas.

lunes, 22 de abril de 2019

Rima interna

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Una puerta de/a mi infancia. Eburia, calle del Sol.
Te llevaré por rutas —no previstas
si me sigues aquí —sin condiciones.
En medio, el frenesí —y entre los muros
las dormidas disputas —apagadas.
En esta cuerda ajena —al preso incierto
del que se ha desprendido —hasta su sombra
sólo vive el olvido: —es un remedo
de la auténtica pena —inviolable.
Pero tampoco puedes —deshacerte
con razones o sin —con viento en popa
del amante trasluz —que te vigila.
El alma con sus redes —te delata:
es un rumor al fin — y suena dentro
de un dulce paloduz —deshilachado.

El otro ángelus

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Jean F. Millet: L’Angélus, 1857-1859. Musée d’Orsay, París.
«Regina Coeli letare, alleluia», dice ella. «Quia quem meruisti portare, alleluia», responde él. «Resurrexit sicut dixit...», entonan ambos. Y mientras culmina un año más la oración de pascua, la Tierra gira y el cielo espera.
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Para Generosa, que hoy cumpliría 104.

Paisajes/parajes

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La cueva Son Doong, en Vietnam, provincia de Quảng Bình,
considerada como la caverna más grande del mundo.
Foto: National Geographic
A veces, al despertar, el extranjero se siente atrapado por sensaciones que se mueven en el filo de la invisibilidad, en un revuelo de sombras y latidos que lo rodean como animales de cálidos pelajes recién salidos de grutas donde gotea la vida.
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domingo, 21 de abril de 2019

El luto pascual

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Bill Viola: Observance (vídeo, captura), 2002.
Apenas podían dar crédito a sus ojos. 
Y la muerte miraba estarrecida.
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sábado, 20 de abril de 2019

Sincronías o barcarolas



(Lecturas, Visiones y Audiciones en voz alta). En el libro que leo durante toda la tarde de este sábado santo es el 🗽Domingo 16 de agosto. Mientras avanzo por un escena de ternura entre amantes (a cierta edad, tal vez la forma más consciente y consistente de amor) y trato de evocar una música de Beethoven convocada en la letra impresa, desde otra habitación de la casa me llegan las inconfundibles notas de la barcarola de Los cuentos de Hoffmann, en la banda sonora de La vita é bella (la proyectan en un canal de televisión) y le digo a Siri, que dormita a mi lado, que me busque la pieza. Me ofrece esta versión: estamos, claro, en sábado de gloria. A veces las cosas encajan de forma muy ajustada en la banda sonora de la vida. Y uno puede compartir momentos de sensaciones cruzadas como dos voces prodigiosas. Y casi sin esfuerzo.

El boj

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Marc Chagall: Gólgota, 1912. MoMA, NY.
Por más vueltas que le daba, no podía recordar la razón por la que una vez, y ya para siempre, relacionó la hora crucial de la tarde del Viernes Santo con el canto intermitente, como de chicharras a deshora, brotando de los escuálidos setos de boj que se extendían junto al gran estanque ante la fachada meridional del monasterio.
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viernes, 19 de abril de 2019

AGC al lado de RSF, o viceversa

<p>Rafael Sánchez Ferlosio y Agustín García Calvo.</p>
Cual para Tal.
(Lecturas en voz alta). Recuerdos de mucha enjundia de una pandilla de amigos, con Agustín (GC) y Rafael (SF) como figuras emergentes, en este reportaje de la muy valiosa Revista Contexto. 

Me han engatusado, especialmente, las evocaciones de la abadía cisterciense de Moreruela, una de las ruinas más nobles y asombrosas que recuerdo haber visto, allá por el 90 pelado o poco más, justo cuando hacía el trabajo de campo (a menudo, de campo a través) para la Guía Total de Castilla y León de Anaya Touring. Las visité en solitario, ya casi al atardecer y tras saltar algún cercado, y fue una de esas experiencias que dejan su poso en la memoria. 

El artículo está lleno de otras muchas notas de época, impagables, por cuanto suponen una manera, si no inédita, sí muy peculiar, de acercarnos a dos nombres fuertes de nuestra cultura. 

Lo pesqué en el muro de Alejandro González Terriza. Quede constancia.

Tinieblas

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Álex Mirasol: Semana Santa en Híjar.
Por muy rítmico, atronador y sangrante que sea su estruendo, nunca va a conseguir igualar el esplendoroso vacío que se crea al pronunciar algunas de sus palabras rituales y en especial ese punto exacto en las esquinas del tiempo que consiste en «romper la hora».
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jueves, 18 de abril de 2019

Menudos pájaros


La imagen puede contener: pájaro
Bian Wenjin, conocido como “Jingzhao”: Tres amigos y cientos de pájaros, 1413.
Museo Nacional del Palacio, Taipéi (China).
El xaovín es un pájaro menudo que muchos domingos, sobre todo si hay sol y un poquito de fresco, viene a cantar junto a mi ventana. Ni que decir tiene que su nombre se debe a la frase que más repite en su canto: un «xa o vin, xa o vin, xa o vin», que es en realidad su forma de afirmar que está al corriente de todo o, como suele decirse, al cabo de la calle. Lo que también es literalmente cierto, pues suele cantar en el punto donde Nieremberg confluye con López de Hoyos, o sea, un lugar de encuentro nominal entre egregios humanistas de los que nadie se acordaría ya de no ser por alguna novela famosa y por el canto de estos pájaros tan aseados.
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miércoles, 17 de abril de 2019

Adiós a la lucidez de Manuel Alcántara,


Manuel Alcántara, en 2016
(Lecturas en voz alta). Echaremos de menos los artículos de Manuel Alcántara, su delicada inteligencia, su saber contar, su humor. Alguien que tenía como lema, al escribir, «no aburrir ni a Dios sobre todas las cosas» debería ser eterno.
Descanse en paz.

Nuevo diario de Hilario Barrero

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Mesa de novedades de la librería El Buscon, Madrid. Foto AJR.
(Lecturas en voz alta). Por fin ha llegado a El Buscón, la librería de La Prospe, Prospect Park, el diario bianual ya imprescindible de Hilario Barrero, en este caso el volumen correspondiente a los años 2014 y 2015, muy bien editado por Renacimiento en su «Biblioteca de la memoria». Aquí luce en el centro de la mesa de novedades. Ya me he lanzado a sus páginas a disfrutar de un ancho y cercano territorio ordenado por la mirada precisa de un observador excepcional y dibujado con la sensibilidad de un gran poeta.

Comparecen de nuevo los ecos de los trabajos y los días, los fantásticos viajes en metro, tan reales y a menudo épicos, la cercanía solidaria a los vecinos, el reconocimiento emotivo de los amigos —incluidas algunas extrañezas—, el gozo inacabable de la gran música y la gran poesía, la complicidad del amor que no cesa de decir su nombre (siempre un “tú” luminoso), el ritmo de la urbe... Todo ello compone un festín de palabras: eso son las anotaciones de Hilario desde el corazón de Nueva York, iluminadas a menudo por los fogonazos de la memoria más o menos remota (Toledo y la infancia al fondo), sostenidas siempre por una gran empatía con el paisaje y sus pobladores, y tan certeramente expresadas que nos permiten seguir el pulso de las horas y el ritmo de la vida como si fueran nuestros propios latidos.
En suma, por h o por b, más bien por ambas, un nuevo disfrute, otro fruto logrado de la maestría de un escritor en plena forma. Para no perdérselo.
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El abuelo

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Rafael Zabaleta: Campesino andaluz, 1952. MNCA Reina Sofía, Madrid.
El abuelo de El Gamo, allá en Tragacete, piensa que en la Administración, y en general en la política, hay mucha «gente barata» y que por eso nadie se preocupa como debiera de las hoces del Huécar y del Júcar, que son «la geografía más enjundiosa» que puede verse, y luego se queja de que una inspectora de turismo vino a su restaurante más que nada a «ponerse morá de morteruelo» con la excusa de soltarles a los reunidos unos «rollos navarros» y terminó la cosa «echándonos una ‘penícula’ de Riotinto, que nada tenía que ver con esta tierra, la muy cabrona...» No me quedó en absoluto claro a quién —inspectora, película o tierra— estaba dirigida esta última expresión.
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lunes, 15 de abril de 2019

Ver arder Notre Dame...

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Notre Dame en llamas. Foto de autor desconocido.
Ver arder Notre Dame es otra herida que marca nuestra vida. La esbeltez de esa aguja derribada, el espeluznante abrazo del fuego, las gigantescas ascuas captadas a ojo de dron, los óculos del rosetón atravesado por rojas lenguas implacables..., todas esas imágenes nos perseguirán ya para siempre. Frente a ellas, el contrapunto de ese ave ligera que cruza volando justo en el momento en que la aguja se troncha. Y los cantos religiosos de la multitud congregada en torno al templo en llamas. Notre Dame des Larmes, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.

Bajo el sol de Festos

Disco de Festos.
(Este yo que ya es tuyo)
Para poner la mano sobre el fuego
preciso (es) que tus ojos estén cerca.
El vicio de mirar(te) es mi más terca
costumbre, ( y ) mi más preciado juego.
Nunca puedo dejarte para luego
sin pensar (o) extrañarte. Tu luz cerca
mi cuerpo en surcos, (que) arden si se acerca
de los tuyos la llama a mi sol ciego.
Sólo seré real mientras me quieras,
si me miras será verdad (ya) el mundo,
mi nombre (es) nadie y ese que tú sabes.
Quedan atrás los fuertes, las fronteras,
lo que está ya de más y lo profundo:
(tú) eres la puerta y (yo) te doy mis llaves.

Los sastres

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Giovanni Battista Moroni: El sastre, 1565-1570. National Gallery, Londres.
—Hay hilos que no se acaban nunca —dice el maestro del corte.
—Ni nunca llegan a construir de verdad algo que arrope —responde el aprendiz maduro.
—Ah, el arrope, con ese dulzor un poco repulsivo. 
—Sí, jefe, pero también la necesidad de vivir bien resguardados en la intemperie.
—¿Intemperie, dices? Pues creo que le tira la sisa.
—Ah, no lo sabía...
Y seguían laborando, entre la tela que cortar y el jaboncillo del marcaje. Tal vez crean que no morirán nunca.
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domingo, 14 de abril de 2019

Adiós a Paca Aguirre

La poeta Francisca Aguirre. Foto Efe.
Tan alicantina como madrileña, poeta de cuerpo entero, madre de poetas (por partida doble, en un caso combinado con su papel de esposa), humilde y a la vez prodigiosa, sencilla y con la complejidad de lo mucho vivido. Ha fallecido Francisca Aguirre. Recuerdo, como si ya formaran parte de otra vida, algún paseo con amigos en torno a Cultura Hispánica, las cañas en Aurrerá, los equívocos sin importancia. Mi homenaje será hacer lo que no he hecho hasta ahora (tal vez por otro equívoco): leerla a fondo. Descanse en paz.

La mujer más vieja del mundo

Jeanne Calment
 Jeanne Calment., retratada por Pascal Parrot (Getty Images).
(Lecturas en voz alta). Desde que un día oí su historia y su voz en la radio, Jeanne Calment, «la mujer más vieja del mundo», como entonces la calificaron, es mi heroína. No tanto por su supuesto récord añoso como por el desparpajo con el que se comportaba ante la prensa. «Siempre que llaman a la puerta pienso que será la muerte, aunque parece que se ha olvidado de mí», venía a decir. También era muy admirable que hubiera conocido y tratado a Van Gogh, del que opinaba que «era más feo que un piojo». Y, en fin, me tenía subyugado el humor zumbón con el que lo observaba todo desde su edad centenaria. 

Ahora parece que, en lo tocante a su fecha de nacimiento y su identidad, podría haber hecho trampas, según revela este interesante reportaje. En cualquier caso, eso no va a disminuir mi admiración ni mi entusiasmo por su historia. 

Con los años uno aprende que los aspectos más maravillosos de la vida, si se excluye la vida misma y tal vez la consciencia, son más bien fruto de la imaginación.
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Lavandeiras

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Carlos Maside: Lavandeiras, h. 1955. Col. Legado de C.M.
De niño, en los veranos pasados en Galicia, aún alcancé a vivir la experiencia de acompañar a mi madre a lavar al arroyo del Pereiro, al pie mismo del lugar donde la sierra casi envolvía las casas más apartadas del pueblo. Allí solían coincidir muchas veces, al amparo templado de “o raio de mediodía”, varias comadres con sus tinas de zinc y sus lavaderos de madera. Aunque a menudo eran unas anchas lascas graníticas las que servían de soporte para frotar sobre ellas la ropa. Mientras se hacía la colada y las prendas se secaban al sol sobre la hierba, los niños nos adentrábamos un poco en el monte. Nos gustaba escuchar, bajo los gruesos cables del tendido eléctrico que venía desde el cercano embalse del Sil, el chisporroteo de "los duendes de la luz", a los que imaginábamos feos y terribles, por algo en las grandes columnas metálicas que los sujetaban se avisaba de que existía peligro de muerte. Con más frecuencia seguíamos el cauce del riachuelo y lo cruzábamos de un lado a otro procurando no mojarnos los pies, no siempre con éxito. También íbamos a aquel recodo en el que una vez vimos pudrirse la carroña de un enorme lobo que días antes había estado colgado a la entrada de la única tienda del pueblo, tras ser cazado por hombres del lugar. Aunque debían de haber pasado al menos un par de años desde aquello, el olor seguía siendo nauseabundo. O eso creíamos. Y pese a saber que existían razones claras para tenerles respeto a los caminos de la sierra, más de una vez nos adentramos monte arriba y, mitad en broma, mitad explorando sensaciones verdaderas, jugábamos a que nos habíamos perdido. Quizá fuera solo para experimentar la alegría de volver al corro de las madres, que ya estaban recogiendo las sábanas y los bártulos, y al poco, con las tinas de ropa limpia sobre la cabeza, nos apremiaban para emprender la vuelta a casa. Las tardes del verano tenían entonces una duración casi infinita y, por el camino, aún nos daría tiempo a ver hundirse lentamente el sol entre las formas redondeadas de Cabeza da Meda y a sorprender algún hilillo de luz resbalando por las hojas de un castaño.
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sábado, 13 de abril de 2019

Requiem a 450 voces

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(Ecos). En la noche del Viernes 12 de Dolores, seis coros (unas 450 voces) interpretando en el Auditorio Nacional de Madrid la misa de Requiem de Mozart. En algunos momentos, parecía que el edificio podía elevarse en el aire. Tal vez lo hizo. Una ocasión memorable. (Gracias, Daniel).

Apariciones

La imagen puede contener: una o varias personas, personas sentadas e interior
Ceesepe: Escena de bar., h . 1980.
«A Filoteo, compañero de ritos y secuelas allá por los años de La Vid —me cuenta, acodado a mi lado en la barra del Elígeme—, no lo había olvidado, pero hacía mucho tiempo que nadie me hablaba de él». Tomó un sorbo escueto de su cerveza y continuó: «Su súbita aparición esta tarde, de mano de un amigo artista, ha sido una auténtica epifanía en plena cuaresma». Esbozó una especie de sonrisa que no pasó de mueca. «Y lo cierto es que no podría haber mejor encuadre para su figura y lo que su rastro suponen aún en mi vida que estos dos tiempos litúrgicos, esa medida del año y las querencias del espíritu que, llueva o escampe, suba o baje la música, nunca nos abandonará». Su mirada buscaba mi complicidad. No sé si la obtuvo. Después, levantando la copa y la voz dijo en tono grave: Confiteor Deo omnipotenti... La clientela se volvió, sorprendida un instante por su insólito énfasis. Pero enseguida cesó el asombro y cada cual volvió a lo suyo.
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viernes, 12 de abril de 2019

Titulares

La Región

(Lecturas en voz alta). El arte de titular parece que ha entrado en crisis. A las pruebas me remito: un titular que parece "positivo" («2018 fue el segundo año del siglo con menos superficie arrasada por el fuego»), incluso en su alambicada estructura, resulta que esconde una "noticia" ("recuento", sería más preciso) cuya afirmación principal es justamente lo contraria de lo que el titular afirma. No sólo los rumores sin fundamento, los bulos solubles y la noticias ponzoñosas estragan la información. La falta de sentido común también hace lo suyo.

La que se avecina

La imagen puede contener: una persona, sentada
Marco Santos: Politic charging, 2015. 
© 2015, Marco Santos
C  O  M  A
O  R  A   L
M  A  T   A
A  L  A   S

jueves, 11 de abril de 2019

Agujero negro (2)

Primera fotografía de un agujero negro. Tomada de Wikipedia.

(Ecos). ¿Cómo es posible ver o fotografiar un agujero negro que, por definición, es el paradigma del lugar donde ni el más pequeño rastro de luz puede escapar y, en consecuencia, constituye el reino de la oscuridad por antonomasia? Me parece que somos muchos los que nos hemos planteado esta duda a la vista de la imagen transmitida ayer urbi et orbe, y algún diálogo, más o menos perplejo, he mantenido acá y allá con algún amigo al respective. Es indudable que también la comunicación de los hallazgos científicos se contagia de cierto estruendo mediático Y puede que la afirmación de “primera imagen de un agujero negro” bajo ese círculo candente que hoy aparece en las portadas de todos los informativos debería ser matizada en el sentido de que lo realmente fotografiado es el brillo del gas caliente que cae hacia él y cuya iluminación deja ver una silueta oscura que sería algo así como la sombra del agujero negro.

Con todo, el logro de esa imagen “indiciaria” (si se puede llamar así) o, un poco a la pata la llana, del fogoso barrunto de la presencia de un agujero negro, al parecer ha exigido la ideación de un muy complejo algoritmo y el trabajo coordinado y duradero de ocho grandes telescopios distribuidos a lo largo del planeta (incluida España), todo para hacer posible una “síntesis icónica”, que curiosamente no se separa mucho de algunas recreaciones artísticas previas, al margen de que se parezca, según sostienen los “tolkienanos” irredentos, al ojo de Saurión. 

No he visto, sin embargo, que se haya subrayado otro “suceso prodigioso”, en este caso nominal: el hecho de que el cuerpo estelar en cuyo centro pace y gravita la oscurísima criatura se llame nada menos que MESSIer 87, coincidente con el nombre y el año de nacimiento de otro astro...


Alguien ha dicho que la imagen no es más que el primer fotograma de una película de muy larga duración, de modo que no vamos a tener más remedio que permanecer, ahora sí y con verdadero entusiasmo, atentos a las pantallas.

Clic

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© Nicodemo Quaglia: After the rain, 2018.
A veces le ganaba la sospecha de que toda era, como dijo Wallace, una broma infinita. Y entonces se complacía en imaginar soliloquios enfáticos como por ejemplo: «La actividad eléctrica del cerebro que te permite tender un puente entre la bolsa de tela que porta una anciana en el metropolitano, en el trayecto de Alonso Martínez a Colón, y aquel restaurante bajo los soportales de la plaza principal de Forlì, donde también estuvo el Dante (es decir: la respuesta a estímulos que hace posible crear conexiones relevantes entre tu conciencia y el mundo), esa es la verdadera red creadora de eso que llamamos realidad: la trama de sucesos en el horizonte». Y luego respiraba jondo.

miércoles, 10 de abril de 2019

Retorno a Epitaph (KC)



(Audiciones y Visiones en voz alta). King Crimson cumple 50 años. Hace ahora 10, el 2 de abril de 2009, incluí en la segunda entrada de La Posada otra versión de esta canción acompañada de este breve comentario: «En la corte del Rey Escarlata. Pocas canciones me trasladan de una forma tan poderosa a cierta época de mi juventud como este Epitaph de King Crimson. Siempre que vuelvo a escucharlo, oigo la esbelta voz de Ramiro, un amigo de entonces [hacia 1977], cantando con mucho entusiasmo por los alrededores de la Plaza Mayor de Madrid, mientras paseábamos en busca de un poco de diversión...»

Agujero negro



(Visiones en voz alta). Si un agujero negro es fotografiado y mostrado por primera vez, como anuncian fuentes generalmente bien informadas que ocurrirá en breve, es muy probable que estemos a punto de doblar el Cabo de Hornos de nuestra perplejidad. Nunca antes el horizonte de sucesos (que otros, acaso más frívolos o menos casuísticos, llaman "de eventos") estuvo tan al alcance de la... mente. Todo ello suponiendo que todo esto sea en verdad algo más que el fruto de aquel soplido del diablo juguetón que sospechaba Descartes. No lo descartes.

La campana

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Benjamín Palencia: La catedral de Toledo, 1963. Col. Particular.
Para la abuela, una de las cosas más curiosas del mundo era que hubiera en una torre de la catedral de Toledo, «alá en Castilla», una campana «tan grosa» que se decía que bajo ella podían trabajar hasta «sete xastres e un zapateiro» sin rozarse siquiera. Se lo oí contar muchas veces. Y a mí entonces me maravillaba que la abuela, sin casi haber salido de su pequeña Aldea gallega, pudiera estar al tanto de esas curiosidades. Y, sobre todo, que les concediera tanta importancia.
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martes, 9 de abril de 2019

Adivinendanzas

Ramon Casas: Ramon Casas y Pere Romeu en un tándem, 1897.
Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona.
—Juguemos a las divinatorias —propuso Monar.
—Ahí va la primera —dijo Repe—:
«Si el enamorado fuera 
muy bien leído
sabría el nombre de la dama
y el color de su vestido».
—¿Fácil, no? —dije yo mirando al respetable.

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lunes, 8 de abril de 2019

Un golpe de conciencia

La imagen puede contener: nubes, cielo y exterior
«El cielo sobre una casa amiga». El Provencio. Foto: © AJR, agosto 2018.
(Sobre una “recapitulación” de Octavio Paz)
Poesía es un golpe de conciencia,
el ojo que se ve: el aleteo
de un pájaro que cruza mientras leo
en el aire las huellas de su ausencia.
Voz que se sabe canto, intermitencia
de la luz convertida en balbuceo
ante el cuerpo que enciende mi deseo
y aviva mi memoria: sed, presencia.
Poesía es la leve transparencia
que le da brillo al polvo, silabeo
que en la boca comienza a desdecirse.
De su rastro, tan sólo la inminencia
del instante nombrado es el trofeo
que al perderlo se gana: oírse o irse.

La congregación

Adolf Menzel: La habitación del balcón, 1845. Alte Nationalgalerie, Berlín.
Aquellas criaturas aún no inventadas comenzaban a manifestarse. Se percibía una extraña fuerza en su lucha por librarse de la invisibilidad. Por eso no me extrañó que me salieran al paso cuando buscaba un lugar donde pasar la noche. «¿Podrás evitar —me preguntaba con un punto de angustia— mirarles a los ojos?». Era la única forma de conjurarlas. Pero no pude. De modo que no he tenido más remedio que unirme a ellas.
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domingo, 7 de abril de 2019

Ecos

Paseo en los jardines del Prado, en Talavera. En su momento fue el «paseo de las silllas». Foto El Pachinko.
Pienso en que algunas de las mejores y más gratificantes conversaciones que he tenido en los últimos años se han quedado aquí, en las Redes (foros, blogs, muros, messenger, tuits...) y de vez en cuando vuelven, como ecos desde el fondo de un pozo. Echo de menos las cada vez más raras pláticas cara a cara, las tertulias infinitas en la madrugada (en el paseo de las sillas, en los sillones bajos de los cuartos o pisos de estudiantes, en los bares de cierre tardío), incluso el intercambio de voces al teléfono. Pero a cambio estos nuevos intercambios (valga de nuevo el eco) tienen un poder de resonancia y reduplicación de la realidad tan poderoso que por fuerza incitan a pensar que estas herramientas van a cambiar la cultura humana..., ya lo están haciendo, aunque no seamos (o no nos atrevamos a ser) conscientes del alcance de tal transmutación.

Recuerdo de Martín Ferrand



(Visto y oído en voz alta). Manuel Martín Ferrand era, sin ninguna duda, el periodista español que yo más admiraba cuando me matriculé en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense, en septiembre de 1974. Seguidor desde su programa inaugural de Hora 25, el vespertino radiofónico que él creó en la cadena Ser, mantuve desde entonces una gran atención a su peripecia profesional y su trabajo, sin excluir las discrepancias. Esta entrevista de 2012 está llena de datos y relatos del máximo interés, incluida alguna sabrosa confidencia sobre el 23F, y contiene muchos nombres que yacían olvidados en el túnel de la memoria, pero que al ser evocados cobran vida e imagen. Poco acorde con los actuales usos velocísimos (y líquidos) del “consumo de información”, estoy seguro de que estos casi 40 minutos de distendida y bien planteada entrevista serán apreciados, y puede que también matizados y contrastados, por los interesados en la historia del periodismo español. Un documento valioso.

Aquel verano

La imagen puede contener: cielo, cancha de baloncesto y exterior
«Evocación idealizada de Eburia desde el futuro». Foto: cortesía de © Luis Sanchez Molina
Salí de la imprenta-librería de Ramiro Gómez con los dos primeros ejemplares de la colección RTV, La Tía Tula y Cien obras maestras de la pintura. 25 pesetas, ambos: cinco duros. No eran los primeros libros que compraba, pero sí la confirmación de que una dedicación importante en mi vida iba a ser la compra de libros. Enfilé hacia la plaza y la calle del Sol, de regreso a casa, más contento que unas pascuas. No veía en aquel momento ni una sola sombra en el horizonte. Ya entonces era muy ingenuo. Y no faltaba mucho para que comenzara a ser un descreído. Eran, claro, otros tiempos. Y otra la ciudad. E incluso a veces tengo la impresión de que otra vida.
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sábado, 6 de abril de 2019

Vecinos

La imagen puede contener: árbol, nieve, cielo, planta, exterior y naturaleza
Claude Monet: La Pie (“La urraca”), 1868-1869. Musée d’Orsay, París.
—Lo veo un sí es no es ensimismado, querido amigo —me dice.
Viene con el carrito de la compra en una mano, y en la otra uno de esos paraguas con lágrimas de colores que se iluminan con la lluvia.
—No, nada —le contesto—, sólo ando algo tocado por la nieve de abril.
—Ah, es eso. No es la primera vez.
—No, claro. Y confío en que no sea la última.
Me despedí haciendo un leve gesto de quitarme el sombrero. Sé que él, buen cinéfilo, sabrá apreciarlo en lo que vale.
Ví entonces cómo una urraca valiente se posaba en la valla de Santa Matilde. «¿Dónde te he visto antes?», pensé. No tardé en encontrar respuesta.
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viernes, 5 de abril de 2019

Almodovariana ("Amor y gloria")


Almodovar Dolor y gloria

1. Aunque no acaba de convencerme su título, Dolor y gloria, la última película de Almodóvar, que vi el pasado viernes, es una obra memorable. Y con mucha tela que cortar. Cierra, sin duda, un ciclo creativo del cineasta manchego. Y es un buen recuento y subrayado de los aspectos esenciales de su cine, una línea central en la cinematografía española. Lo iremos viendo. A veces hay que rastrear detalles de interés en los lugares más inverosímiles (o no tanto: pero es que son muchos). Aquí una prueba.


La imagen puede contener: 3 personas, personas sonriendo, personas sentadas2. Parece indiscutible que Pedro Almodóvar es un gran director de actrices, hasta el punto de que lo de ser una «chica Almodóvar» puede considerarse uno de los anhelos más extendidos entre las cómicas, comediantas y trágicas españolas. Entre las más destacadas, quizás sólo Maribel Verdú no ha trabajado nunca con él. En Dolor y gloria también se pone de manifiesto esta característica, y ahí están, entre otras, Penélope Cruz, con su habitual solvencia, y especialmente Julieta Serrano, que da vida a algunos de los momentos más emotivos y creíbles de la cinta. 
Pero más notable aún en ella es la dirección de actores. El alto voltaje del trío interpretativo compuesto por Antonio Banderas, Leonardo Sbaraglia y un revelador Asier Etxeandía, en el que probablemente sea su trabajo más completo en la gran pantalla, es una de las mejores bazas de la película y la clave de la verosimilitud de la historia de pasión y memoria, heridas y supervivencia, que nos cuenta. Si se exceptúan, en lo verosímil, los tratos con la heroína (caballo), cuyos manejos y trapicheos, a decir de los entendidos, resultan más bien risibles.

El trabajo de Banderas, pese a que el actor no parece encontrarse en su mejor momento, se mueve en el difícil equilibrio de recordar claramente la gestualidad e incluso el carácter de su referente (el propio Almodóvar) sin caer en mimetismos vacuos o patéticos. Su “duelo” con el infinitamente sensible Sbaraglia (cuánta emoción es capaz de transmitir sólo con su forma de mirar) es un momento muy poderoso del filme, y en parte evoca el inolvidable dúo de Ricardo Darín y Javier Cámara en Truman.


No hay que olvidar tampoco el notable trabajo del niño Asier Flores, que tiene un peso específico fundamental en todo el armazón narrativo de la poderosa y valiente autoficción que es Dolor y gloria.




3. Una de las escenas más luminosas de la película Dolor y gloria, cargada de referencias biográficas para varias generaciones aún supervivientes y con un indudable valor mitológico, es el de las lavanderas. Suena en ella (aunque muy brevemente, para mi gusto) una versión de A tu vera, cantada a dúo por Penélope Cruz y Rosalía, quien también tiene una fugaz aparición en la escena. Estas imágenes del rodaje tienen valor por sí mismas y ponen de relieve una envidiable complicidad.

4. La crítica de J.A. Montano sobre Dolor y gloria me ha sabido a poco. Pero suscribo todo lo que dice. Y añado (aprovechando la respuesta improvisada a un comentario de Alfonso González Calero) que este film entronca con el mundo familiar e iniciático de Volver, recupera con sobriedad las cuestiones de fondo de La buena educación e indaga en el sentido íntimo de La ley del deseo y Todo sobre mi madre, sin patetismo exhibicionista ni autocompasión. Al final, nos ofrece un autorretrato valiente y bien hilado, con momentos de mucha intensidad: en la recreación de la luz de la infancia, en el regreso del amante, en el monólogo del amigo actor, en la relación final con la madre..., y con un desenlace de gran inteligencia y belleza. ¿La mejor película del director manchego? Una de ellas, sin duda. Quiero, no obstante, ser optimista: Almodóvar aún tiene dentro una obra mayor... Confiemos.



pedro almodovar pedro almodovar penelope cruz antonio banderas dolor y gloria y gloria

5. M llamó mucho la atención el que Almodóvar vinculara la intención de fondo de Dolor y gloria con Arrebato, la inimitable película de Iván Zulueta. Creo que sus palabras al respecto son dignas de meditación. En esta entrevista, tan interesante, alude a ello. Y habla de otras muchas cosas. Pocas veces un director ha sido tan explícito y “abundoso” respecto a su trabajo.

6. Jabois sobre «Dolor y gloria». Con su probada habilidad para identificar metáforas esenciales, esa valiosa herencia, tal vez, del “mestre” Cunqueiro.