«El cielo sobre una casa amiga». El Provencio. Foto: © AJR, agosto 2018. |
(Sobre una “recapitulación” de Octavio Paz)
Poesía es un golpe de conciencia,
el ojo que se ve: el aleteo
de un pájaro que cruza mientras leo
en el aire las huellas de su ausencia.
el ojo que se ve: el aleteo
de un pájaro que cruza mientras leo
en el aire las huellas de su ausencia.
Voz que se sabe canto, intermitencia
de la luz convertida en balbuceo
ante el cuerpo que enciende mi deseo
y aviva mi memoria: sed, presencia.
de la luz convertida en balbuceo
ante el cuerpo que enciende mi deseo
y aviva mi memoria: sed, presencia.
Poesía es la leve transparencia
que le da brillo al polvo, silabeo
que en la boca comienza a desdecirse.
que le da brillo al polvo, silabeo
que en la boca comienza a desdecirse.
De su rastro, tan sólo la inminencia
del instante nombrado es el trofeo
que al perderlo se gana: oírse o irse.
del instante nombrado es el trofeo
que al perderlo se gana: oírse o irse.
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