Tan alicantina como madrileña, poeta de cuerpo entero, madre de poetas (por partida doble, en un caso combinado con su papel de esposa), humilde y a la vez prodigiosa, sencilla y con la complejidad de lo mucho vivido. Ha fallecido Francisca Aguirre. Recuerdo, como si ya formaran parte de otra vida, algún paseo con amigos en torno a Cultura Hispánica, las cañas en Aurrerá, los equívocos sin importancia. Mi homenaje será hacer lo que no he hecho hasta ahora (tal vez por otro equívoco): leerla a fondo. Descanse en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario