miércoles, 10 de agosto de 2022

PEREC AL PASO

Maximilien Luce: Rue Ravignan, Paris, 1893.
Col. particular. (The Audrey Jones Beck Building, 224 Beck Galleries).

POSIBILIDADES, EXIGENCIAS E INCONVENIENCIAS DEL REPARTO

(EN TIEMPOS DE GUERRA)

Han sido tantas las guerras que han conocido estos ojos y son tantos los temores a que no se acaben nunca, que nada me importaría, vida mía, estar en su compañía o incluso ser “El soldado que reconoció a su profesor de física’. Y eso sin descartar, naturalmente, las veleidades con las que siempre me ha puesto de su lado ‘El antiguo propietario que soñaba con crear un verdadero héroe de novela’. No parece razonable, a no ser que la situación se complicara más de lo esperado, que ese papel recayera sobre ‘El jazzman demasiado perfeccionista que repetía los ensayos’, si bien esa opción a los ojos del respetable —grupo abstracto pero imprescindible en todo envite que se precie— sin duda resultaría menos estrafalaria que el capricho de hacer caer todo el protagonismo de esta parte ya muy avanzada de la historia sobre ‘Los fans de Tasmania que ofrecieron a su ídolo 71 ratitas blancas’, en dura competencia —puestos a ser exigentes en lo tocante a rarezas— con ‘La empollona de matemáticas que anhelaba construir la torre más alta del mundo’. Perezca quien perezca, y mientras lo que perece aparece, no hay más remedio, ni acaso otro medio, que seguir fondeando en las aguas removidas de la imaginación.
(LUN, 660 ~ «Perec al paso», 145-149)

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