Un momento de la represenación de Que salga Aristófanes.
Foto Guillermo Carrión /AGM
(En voz alta). Fue divertida y por momentos vibrante la función de Els Joglars Que salga Aristófanes en el Festival de Teatro y Música de San Javier, una de las citas imprescindibles del verano en el Mar Menor. El tan admirable como incombustible grupo que ahora capitanea Ramon Fontserè pone en escena una obra indudablemente salida de su peculiar laboratorio: proyectos ideados en torno a una situación (un rito: en este caso las actividades propias de un centro psiquiátrico), con un tema principal de fondo (las mil y una incongruencias de lo políticamente correcto y aledaños), el recurso a una referencia ilustrada (Aristófanes, con su sentido inaugural de la comedia y la revolución de la risa) y la magistral exhibición de recursos mímicos y actorales, junto con el excelente trabajo en equipo, rasgos todos ellos adquiridos y aquilatados a lo largo de 60 (LX) años de trayectoria, lo que convierte a la compañía fundada por Albert Boadella en un referente excepcional del teatro europeo. La obra, sin suscitarme el entusiasmo con que he asistido a casi todos los espectáculos del grupo, sí tiene diversos momentos en lo que se percibía la felicidad de los espectadores, que se entregan de muy buena gana a un repertorio de situaciones divertidas —acaso un tanto repetitivas o en exceso previsibles y carentes, en lo dramático, de un mayor desarrollo argumental— y premiaron con una ovación sostenida no sólo el trabajo presente sino, y muy especialmente (intuyo), una trayectoria artística en verdad inolvidable.
sábado, 13 de agosto de 2022
Aristófanes según Els Joglars
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario