Llegó el día, ya es este, en que la configuración de los artilugios y la sincronización de las almas de los supervivientes vinieron a producir de consuno el SOMA de la verdadera —así llamada— vida y se alzó meridiano en las conciencias aún no arrasadas, también en algunas no esquilmadas hasta su RAÍZ, el deslumbramiento de que estaba a punto de cumplirse ad pedem litteræ la vieja y hermética y ninguneada profecía, ahora por fin vuelta tan prístina y determinante en su acaso OBVIA formulación: «A un PANAL de rica miel cien mil moscas acudieron y por golosas murieron presas de patas en él». Estando claro la identificación del PANAL, se afanaban los hermeneutas en determinar con la mayor precisión posible el alcance y posible extensión semántica del presunto acrónimo MOSCAS. La primera propuesta, rechazada por excesivamente derrotista, provenía de las Estepas Centrales y decía así: «Mentes Obviamente Seducidas Casi Abocadas (al) Suicidio». Más interés suscitaba la —así llamada— Hipótesis Integral de la Puerta Ulterior de Tannhäuser Abierta Sosegadamente, con su giro sincopado y lleno de posibilidades: «Manos Operativas Sugieren Caminos Abren Sueños». Pero aún faltaba mucho para poder dar por resuelto el ENIGMA y todo esfuerzo iba a ser poco. Nadie de verdad comprometido con el futuro en presente de la ESPECIE debería quedarse al MARGEn.
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