Ritmo interno y, en realidad, rima interna la de este soneto blanco que va jugando con rimas asonantes y (por así decir) semiconsonantes, algunas concertadas hasta el punto mismo de precipitarse (casi) en el ripio, y en sentido de sonoridad creciente, hasta desembocar en el dístico final que se cierra sobre sí mismo con una rima no sólo fuerte sino también sin salida.
Ritmo interno
Escucho, atento, por si suena el eco
de lo que apenas pienso, mientras crece,
con la memoria de la nieve, el rastro
de una palabra en el ocaso. Brilla,
alrededores de la isla, el último
reflejo que en el humo se deshace
y traza en este aparte una frontera
que a la vida en su pena no redime
pero pone a la esfinge su diadema
y rompe el cerco de la arena y nombra
en estas raras cosas un asombro
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