Shakespeare-Pessoa en uno. Montaje de autor desconocido. |
Se abre el telón y aparece Hamlet. Se sabe que es Hamlet porque lleva una calavera en la mano izquierda, o en la derecha (a elección), pero las gafas redondas y el bigote piramidal le dan un marcado parecido con Pessoa. Hamlet-Pessoa recorre con parsimonia la pantalla (fíjense) y, mirando de hito en hito al lector o espectador (según el caso), dice su monólogo en forma de diálogo, como si hablara consigo mismo, cambiando de gesto pero apenas de voz.
—Sólo la soledad sabe su signo.
—... Dijo el paseante a su imaginario yo, insinuando una referencia a la tercera persona del verbo.
—Y eso, si acaso.
—... Respondió el otro al que se cree que es el uno.
—Nada es tan cierto como lo incierto que es todo.
—... Concluyó para sí el que podía hacer oír sus pensamientos.
En esto se oye una voz que parece provenir del patio de butacas.
—Lo cierto es que para estar solos, son ustedes multitud.
—¿Y usted quién es?
—¿Yo...?
Largo silencio. Luego, desde el mismo flanco, llega una respuesta:
—No sé. Tal vez... ¿el apuntador?
Fundido en negro. Y luego
—Sólo la soledad sabe su signo.
—... Dijo el paseante a su imaginario yo, insinuando una referencia a la tercera persona del verbo.
—Y eso, si acaso.
—... Respondió el otro al que se cree que es el uno.
—Nada es tan cierto como lo incierto que es todo.
—... Concluyó para sí el que podía hacer oír sus pensamientos.
En esto se oye una voz que parece provenir del patio de butacas.
—Lo cierto es que para estar solos, son ustedes multitud.
—¿Y usted quién es?
—¿Yo...?
Largo silencio. Luego, desde el mismo flanco, llega una respuesta:
—No sé. Tal vez... ¿el apuntador?
Fundido en negro. Y luego
FIN
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