Peter Paul Rubens: El sacrificio de la Antigua Alianza, 1626. Museum of Fine Arts, Boston (EE UU). |
Al ascender al ara, Aaron asociaba asambleas adánicas al asombro asumido. ¿Aspiraba alumbrar alguna algarabía antilevítica? ¿Advirtió acaso antiguas anomalías al acercarse al Arca? Al avanzar aspiró ansiosamente. Absorbía aromas ardorosas asociadas a amargas angosturas. Allí apareció aún algún ademán altivo. Atronaba al aire angustiado. Acogía abluciones apóstatas. Abatía augures arúspices. Acercaba al abrevadero animales ancestrales. Arañaba ausencias. Anhelaba armonías ante Ararat. Ausentábase. Al alejarse alcanzaba augustas alturas. Así arrebatado, añadió alianza al Arca. «Aaron amado, accederemos al amanecer», añadieron algunos adalides aniñados alertando al ángel ausente… Aún acordamos aspiraciones. Aún arden ascuas.
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