jueves, 21 de abril de 2022

ENTRE CRISTALES

Juan Muñoz: Allo Specchio, 1997.
Espejo y figura en óleo y resina de poliéster pigmentada.
Exposición "Reflejo/Reflexión", Galeria Elvira González (2021)

Deambulaba por el viejo corredor y estaba a punto de salir a la luz cuando sobre una puerta de cristal vio pegado una cartulina con un texto manuscrito que fue deletreando… Decía así:

Tajos y atajos
No hay forma de salir indemne de
una frase cortante salvo si
afilas la palabra hasta que ni
ella de sí se escape, ni lo que
balbucea, tampoco el eco que en
lo roto cruje, aunque su luz sí:
la llama interna que vacila en mi
taller de alquimia del nacer sin qué.
El hielo de la voz a la deriva
naufraga mansamente y abre al
ponerse del sol lento un cauce con
la sangre, que nos deja en carne viva.
Fulge el astro del fin con brillo tal
que todo se resuelve ya en canción.
(Hojas sueltas del lunes, 64; Pulsos de luz - ‘No serviam’).

Concluida la lectura, anotó al pie "Ligeti: música ricercata” y siguió su camino.
(LUN, 769 ~ Autofagias)

miércoles, 20 de abril de 2022

LO OCULTO

Imagen tomada de Pintura e-blog.
Para sorprendernos aún más y, sobre todo, para que no pudiéramos sospechar las verdaderas razones de su gesto —por eso sería—, un día a plena luz pintó una gran puerta en el muro exterior de su casa y la cerró por dentro. No hemos vuelto a saber nada de él desde entonces. Algunos incluso empiezan a dudar de que de verdad haya existido. Otros ya ni siquiera recuerdan su nombre. Yo sí lo sé. Pero no tengo más remedio que tratar de olvidarlo.
(LUN, 770)

martes, 19 de abril de 2022

GENTES MUY DIVERSAS...

GENTES MUY DIVERSAS CON UN PASEO EN MOTO Y UN PROFESOR DE HISTORIA MUY CONTRARIADO

Recreación de una calle de París, con algunos de los personajes mencionados…
y un Petit chat aventurero.

Que el mundo está lleno de todo tipo de gentes es una verdad irrefutable: basta con asomarse al balcón cualquier tarde de Primavera o, en su defecto, darse una vuelta rápida por los programas de televisión. Ahora bien, no siempre es fácil hacer coincidir en un mismo espacio, y casi en el mismo cuadrante, a —fíjate bien— nada menos que ‘El frustrado auxiliar de laboratorio que perdió tres dedos de la mano izquierda’, ‘La joven que vivía con un albañil belga en Chaumont-Porcien’, ‘El antepasado del doctor que creyó descubrir el enigma del diamante’, ‘La joven que hacía concluir pactos con Mefistófeles’, ‘El hijo del anticuario que alborotaba con su moto luciendo su equipo rojo’, ‘El apoderado que divulgó el secreto de los químicos alemanes’ o, por decirlo de una vez, ‘El antiguo profesor de historia que quemó su manuscrito rechazado’. Es imposible para cualquier amanuense no sentirse solidario con este último y no sería extraño que el propio Perec, al anotar su circunstancia, sintiera una punzada de pena e incluso estuviera a punto de verse reflejado en una biografía tan concisa y significativamente resumida en diez palabras.
(LUN, 771~ Perec al paso, 71-77)

lunes, 18 de abril de 2022

META A LA VISTA

Goya: No hubo remedio, grabado número 24 de “Los Caprichos”, 1797-1799.
Museo del Prado.
Desde niño le habían enseñado a no hacer caso de los sueños aciagos ni a tomar en vano el nombre del dios, ea, pero le resultaba muy difícil, muy difícil, no ver en la unión de aquel símbolo tumbado del infinito con la mención del versículo final una segura garantía —“de libro”, se dijo— de que lo indeseable podía hacerse realidad en cualquier momento; y, más aún, de que la confusión de lenguas y el trastocamiento de símbolos ya habían hecho su trabajo tan a conciencia, que no había más remedio que confiar en el albur de la Chiripa como una nueva encarnación del redondo seguro azar. Y eso hizo. Qué remedio. Otro no lo hubo. Al fin y al cabo, aquello era la Monda, el cortejo se hallaba preparado y el presagio estaba a punto de llegar a la Meta. O sea que.
(LUN, 772 ~ Al pie de Goya)

domingo, 17 de abril de 2022

LAS CUATRO ESQUINAS







Llegados a este punto, decidimos explorar el contorno de los cuatro sinfines: el Corte, el Mur, el Veste y el Farwest. Lo cierto es que “teníamos muchas ganas de volver a la normalidad”, pero nos embargaba el ánimo la ligera sospecha de que el centro inmantado del planeta, una vez removida la piedra, se había desviado de su eje y las brújulas tenían despeluchadas todas las escóbulas. Así que con esos mimbres nos dispusimos a encarar lo porvenir.

(LUN, 773)

sábado, 16 de abril de 2022

SIETE PALABRAS

Michelangelo Buonarroti: Pietà (‘Pietà per Vittoria Colonna’), hacia 1546.
Carboncillo sobre papel. Isabella Stewart Gardner Museum, Boston.


Entre que cada vez andaba más duro de oído y que las en verdad difíciles vibraciones atmosféricas del Lugar de la Calavera no eran las más idóneas para experiencias cumbre, Páter se hallaba muy despistado en aquellos momentos. Sí alcanzó a oír su nombre, o lo que creía su nombre, y la construcción aquella que tanto le gustaba: ‘in Paradiso’. Pero todo lo demás, suponiendo que fuera algo con sentido, le llegaba como una mezcla ronroneante de sílabas guturales apenas discernibles, nada extraño, por otro lado, si se tiene en cuenta que estaban siendo emitidas por un condenado a muerte pendiente de una cruz. Así que tuvo que conformarse con ver el gesto del facineroso de la derecha, probablemente acorde con un movimiento de labios que estuvieran emitiendo un mensaje de conformidad, incluso de agradecimiento, y apenas se sobresaltó al oír lo que creyó un ‘Mulier’, que no supo bien cómo interpretar. Sin embargo, percibió con total claridad aquella especie de ruego desmayado pero cargado de intención, tal vez de urgencia:
—Sitio!
Desde los ya lejanos días de BAbel, cuando no tuvo más remedio que confundir las piezas sobre el tablero para evitar que el último envite del jugador de la escalera le pudiese ganar la partida y desalojarlo de la Torre, Páter no se había sentido tan directamente concernido, a la vez que —cómo decirlo— ¿bienhumorado? Sea como fuere, decidió creer que la expresión era —como era— sobre todo una súplica y, echándose a un lado en el trono celestial —un a modo de cómodo diván que no desentonaría en un episodio de las Mil y Una noches—, se avino a conceder:
—Bueno, venga, sube, que donde caben dos…
Antes de que se rasgara el velo del templo y cuando ya había brillado el primer relámpago anunciador del primer y atronador trueno, alguien de oído atento bien pudo oír, escuchar y hasta tomar nota de esas siete palabras. Y gracias a él, y al Maestro del Rito Inmarchitable, cuyo verdadero nombre tal vez nunca conozcamos ni lleguemos a ver nunca su rostro, ahora puedo yo, humilde amanuense, transido de fervor —¡y de frío!— en la soledad de este scriptorium, recogerlas y referirlas aquí para general conocimiento. Que nadie las eche en saco roto. Ni en el cesto equivocado.
(LUN, 774)

viernes, 15 de abril de 2022

DÍAS CABALES

Isabel Pérez: Diente de león. Acuarela.
El boj y el disco. Juntos.
(LUN, 775 ~ Claves secretas)

jueves, 14 de abril de 2022

RITOS SOLARES

Atardecer sobre un campo de olivos. Fotografía de autor no identificado. Editada.

Vio un destello de luz no usada por entre los olivos y una línea de sangre cubriendo el horizonte. No había escapatoria. Ningún lugar adonde ir. Nadie a quien pedir consejo o poner como excusa. Era, de nuevo, el eterno retorno de la idéntica voluntad.

(LUN , 776)

miércoles, 13 de abril de 2022

EL PASE

El vuelo de las grúas sobre el Estadio Santiago Bernabéu,
desde la calle del Padre Damián.
Foto: SPM, 11/04/22; 20:35.
Todo el mundo vio, frente al televisor o en el propio estadio, que el momento decisivo del combate fue el prodigioso pase que el gladiador Luka Modrić consiguió inventarse justo en el momento en que empezaba la cuesta arriba. Su aparente sencillez —el arte perfecto goza de esa prerrogativa— no podía esconder sin embargo el complejo cálculo de fuerzas, tendencias y posibilidades a las que venía a dar solución aquel toque sutil: una salida airosa para el problema que la teoría de grúas estaba planteando en aquel mismo instante sobre el Bernabéu. Qué sabe nadie de qué lugar surge la inspiración y desde dónde sopla el viento de la gracia.
(LUN, 777~ Fotos que dan pie)

martes, 12 de abril de 2022

Hitchcock: los autocameos


(En voz alta). Un gozo llamado Hitchcock: eso es lo que nos proporciona esta recopilación de los autocameos del gran director en sus películas. Están engarzados en un “corto” de poco más de five minutes, muy oportunamente compartido por nuestro cinéfilo de cabecera y si embargo amigo, el gran Chuba Duruba, en su retorno a la pequeña pantalla (del móvil). Ahí están casi todas las pelis del genial director, no todas obras maestras (sería imposible), pero sí todas con algunos (o muchos) detalles que las hacen inconfundibles. Se suele afirmar que el cine de Hitchcock fue durante muchos años tachado de excesivamente comercial y carente de ambición artística. El famoso libro de las conversaciones con Truffaut, en 1962, puso bien a las claras la miopía de ese juicio e inició el imparable ascenso de don Alfred a las cimas del reconocimiento artístico, un lugar del que ya no ha vuelto a descender y en cuyo vértice algunos (con Vértigo o De entre los muertos a la cabeza) lo sitúan como gran maestro del “cine que sabe que es cine”, por así decir, del mismo modo que la Alta Magia no se ignora a sí misma. Es un placer demorarse en los muchos detalles que contienen estas imágenes y más placentero aún sería pararse a conversar sobre ellos y ellas. Y no digamos ya revisar, una a una (o casi), las grandes obras de una filmografía que forma parte de la misma médula del arte séptimo, ese que ya desde hace casi un lustro o más viene presentado síntomas de haber entrado en otra etapa de su aún joven evolución como disciplina artística tal vez insuperable porque es capaz de reunirlas todas. Y dentro de la cual hay sobrados motivos para lanzar un verdadero grito de euforia: Hi, hi, hit, Hitchcock!

LA HORA AZUL

Raoul Dufy: El estudio del artista, 1935. The Phillips Collection, Washington.

Nunca vísperas es tarde si nada de mucho la dicha de días es buena.

(LUN, 778 ~ Nuevas intropías)

lunes, 11 de abril de 2022

Bruno Munari en la March

(En voz alta). Hasta el 22 de mayo permanecerá abierta en la Fundación March, en su sede de Madrid (Castelló, 73), la gran exposición dedicada a Bruno Munari, polifacético artista a cuya obras de diseño e invención de formas de comunicar tanto deben la edición, la prensa, la publicidad y otras disciplinas con las que nos hemos ido cruzando, de un modo u otro, a lo largo de estos años. Por eso, la exposición viene a ser como un lugar de reencuentro en el que nos salen al paso ideas y concreciones que hemos visto aquí y allá, a menudo sin ser conscientes de que formaban parte de un discurso en permanente remodelación y orientado por un interés indesmayable de entender el mundo y expresarlo cada vez mejor. Una visita muy recomendable.

LA TRAMA INEXTRICABLE

Francisco de Goya: Hilan delgado, grabado núm. 47
de «Los Caprichos», 1799.

Ya sean alcahuetas, remendadoras burgalesas de virgos, moiras o meras hilanderas, no me vaya a decir vuacé que en estas figuraciones no se le representa a vuacé mismo, sin ir más lejos, no ya alguien conocido, que también, sino sobre todo el ejemplo concreto de esas maneras de ser que tantas veces ha visto aquí y allá, y cuyo objeto más perentorio, a falta de otros que se nos escapen, consiste en seguir tejiendo la trama inextricable de los días garduños, el efecto imparable de la degradación, la sutileza más honda de las edades que nos van consumiendo y nos ven consumidos y, sobre todo, el fuel (sic) retrato de las almas que nos han hilado en su rueca y su copo y su tresbolillo, sin olvidar la escoba —no hay que olvidar las escóbulas— que, concluido el sueño, y antes de que se transforme en pesadilla, servirá para emprender el vuelo hacia otros ámbitos de contemplación, quién sabe, tal vez la duermevela de un bufón de la Corte que no atina a quitarse los zapatos. Con todo y con eso, no se vayan de acá sin antes ponerles un nombre a cada una que las individualice. Los míos son: Chichona, Leporina y Billisqueira. Ah, y al manojo de infantes que cuelgan por detrás, mejor no mirarlo mucho, no vaya a ser que se ponga en marcha una imparable rueda de reconocimientos.
(LUN, 779 ~ Al pie de Goya)

domingo, 10 de abril de 2022

LOS RAMOS DEL DOMINGO

Antonio Medina Serrano: Domingo de Ramos, 1940.
Galería Durán.

"ES RAMOS AL ASOMARSE"

«Que pasen los niños», le oyó decir desde el fondo del calendario cuando se disponía a volver sobre sus pasos y, de hecho, ya sacaba media cabeza fuera. Era la señal inequívoca de que había llegado el domingo que inaugura el tramo más luminoso del año. Y, como siempre, desde hacía ya un tiempo de talla LX, se aprestó a recibirlo con batir de palmas y cantos gozosos. «Ini, mira: es Ramos al asomarse a Rímini», añadió alguien. Lo que no sabemos es si Ini miró.
(LUN, 780 ~ Micródromos. Para Sylvia Tichauer, maestra ludoverbal, por tantos regalos).

sábado, 9 de abril de 2022

EL CUENTO DE...

EL CUENTO DE NUNCA ACABAR NI MUCHO TIEMPO DESPUÉS

Anónimo francés del XVI: Calle del viejo París, s.a.,
Musée Marmottan, París.

Viene a cuento, y no sólo por asuntos de actualidad, darle la oportunidad de comparecer, en estas últimas novelas pegadas a la fauna de “le grand père” Perec, a ‘El montador de la calefacción central que regulaba la combustión del gasóleo’, sobre todo si se tiene en cuenta que era vecino y hasta un poco amigo, pese a la engañosas apariencias, de ‘El rico aficionado que legó a la biblioteca su catálogo musical’. Qué envidia. En cambio, ‘El niño que clasificaba su colección de secantes’ nunca llegó a trabar contacto (¿trabar contacto?) con ‘El cocinero actor contratado por una riquísima americana’ y mucho menos con ‘La antigua jugadora de garito convertida en una mujer tímida’, si bien es posible que esta última o alguna amiga suya comparecieran —ahora que lo pienso— en aquella novela de José Antonio Gabriel y Galán tan olvidada como inolvidable: una radiografía muy valiente y hasta un poco insoportable del trágico ludópata que, aún muy joven pero ya atrevido, se había dado cuenta de que Descartes mentía.
(LUN, 781~ Perec al paso, 66-70)

viernes, 8 de abril de 2022

LA DANZA DEL SÉPTIMO SELLO

Fotograma de El séptimo sello (1957), de Ingmar Bergman.

Descubriste en un zapeo televisivo de media madrugada que en un canal estaban poniendo (echando, pasando, dando: proyectando), El séptimo sello, el clásico de Ingmar Bergman al que tan reconfortante te resulta siempre volver, aunque a medida que pasa y te pesa el tiempo, y más allá del placer estético y sentimental, sus imágenes te sean también más acuciantes, inquietantes y hasta gravosas. Pues sabes que nunca es fácil seguir asumiendo lo que desde muy chiquitos nos venimos diciendo que hay que asumir, o sea: lo finito y la cosa esa lacerante de “la muerte sin fin”, que dijo Gorostiza, el gran vate mexicano con nombre de artillero-futbolero vasco. Pillaste la proyección ya bien avanzada, en el penúltimo encuentro entre el Caballero y la Muerte frente a los escaques de escaqueo imposible, a piques de producirse la horrorosa tormenta y cuando ya se va perfilando que la única opción de salvación, y el horizonte todo de esperanza, va a recaer en la Sagrada Familia que, en su prodigioso carromato, logrará sobreponerse a los fantasmas y las asechanzas del mal, los desastres y las enfermedades, hasta encontrar una mañana de horizonte despejado, mientras por sobre la colina la muerte enreda en su danza a poderosos, ociosos, onerosos y gente de muy diversa condición, una vez que se han abierto y enunciado, con retórica palaciega, barroca y apocalíptica, los sellos del destino de la humanidad doliente y confesa por no se sabe qué pecado mortal de origen, pero sin duda necesario para que hubiera redención y todo el negocio anexo a la escasa luz que nuestra consciencia nos acerca para comprender la inmensidad del universo y el más complicado de todos los misterios: el hecho de que seamos capaces de imaginar que tal vez algún día podremos hacernos cargo de él (el universo, el solo verso) e incluso comprehenderlo. “Gran cine”, te dices: “nos da vuelo y afán y sensación de trascendencia”. Y sigues cavilando que, en el fondo y sobre todo en la forma, la peli es una ilustración muy bien trabada de las viejas danzas de la muerte medievales, aquellos textos que estudiaste en el antiquísimo y nunca bien ponderado bachillerato, e incluso representasteis como ejercicio escolar y para gozo de familiares, pías autoridades y colegas, en el escenario del colegio-seminario, en días de mucho ceremonial y grandes emociones. Lo milagroso a estas alturas es que las imágenes sigan vivas en tu memoria, y acudan a tu boca, casi “sin tropezarse”, las estancias de un texto que vas susurrando muy suavemente —hay gente durmiendo en la casa— mientras la pantalla se llena con los títulos de crédito de la obra maestra:
E porque el santo padre es muy alto señor,
que en todo el mundo non hay su par,
de esta mi dança será guiador,
desnude su capa, comience a sotar;
non es ya tiempo de perdones dar
nin de celebrar en grande aparato,
que yo vos daré en breve mal rato:
dançad, padre santo, sin más de tardar…
Y así, desgranando versos versus el olvido, y sonriendo cuando llega lo de “con mis perrochianas quiero ir folgar, / ca ellas me dan pollos e lechones…”, es decir, el parlamento del cura de aldea, tan intencionadamente transmutado en vuestros ensayos, objeto de risas y picardías, así, ya digo, cantinela adelante, vas encontrando el camino de despedir la intensa y viajera jornada y de hallar la ruta hacia el plácido lecho conyugal, tras las convenientes y ya algo adormiladas últimas abluciones y mientras las viejas palabras van haciendo su trabajo lenitivo y te predisponen para que tu mente se pueda ir olvidando del cuerpo y sus renqueantes rincones hasta adentrarse en los territorios del sueño y su sabio y, ay, irremediable aprendizaje.
(LUN, 782 ~ De la vida misma)

jueves, 7 de abril de 2022

En la muerte de Javier Goñi

(En voz alta). Por una escueta esquela en El País me entero de la muerte de Javier Goñi, periodista, crítico literario de reconocida solvencia y hombre de letras, además de vecino del barrio de la Prospe. Hay alguna lejana historia que unió nuestros caminos, aunque nunca hablé con él. Pero sí admiraba su trabajo y, en lo posible, estuve al tanto de su trayectoria. Extrañamente —o no tanto— he sentido su pérdida, a los 69 años, como “un golpe bajo”. Descanse en paz.

DADO DE PENA PÚNICA

J.M.W. Turner: Dido building Carthage, 1815. National Gallery, Londres.


Cartago se parece a mi tristeza.
Se parece tristeza a mi Cartago.
Parece se a Cartago mi tristeza.
A tristeza se parece mi Cartago.
Mi Cartago a tristeza se parece.
Tristeza se parece mi a Cartago.
[J. E. Cirlot]
(LUN, 783 ~ Dados)

miércoles, 6 de abril de 2022

DODGE CITY

Cartel de Dodge City, la ciudad sin ley (1939), de Michael Curtiz.

Nos fuimos alejando por un rumbo que, pantalla adelante, nos sumía en una estrecha, peligrosa, diaria forma muy cruel de ir, tumbo a tumbo, a tumba abierta y de camino a un bochornoso mundo de ira. Y a porfía, fuimos viendo que, en calles donde había orden, ahora era todo un chumbo y amargo fruto de la peor ralea: bandoleros, secuaces, mala gente, súbditos vergonzantes de un mal rey, prestos siempre a sumirse en la pelea… ¡Brutal humanidad, tan indecentemente afincada en la ciudad sin ley!

(LUN, 784 ~ Sonetos enmascarados)

martes, 5 de abril de 2022

CLARA LUZ DE ABRIL

John Lavery: Retrato romántico.

… «Y justo era entonces cuando la luz empezaba a vestir su ropa más clara».

(LUN, 785, Imágenes que dan pie)

lunes, 4 de abril de 2022

OTRO AMANECER

Maruja Mallo: Espantapájaros (Épouvantails), 1930. Col. Particular.
El cuadro fue adquirido por André Breton a raíz de exposición que hizo la artista
en la Galería Pierre de Paris, en 1932.

«Hay que empezar como si nada se hubiese hecho antes, como si fuesen las primeras palabras», oyó que le decía alguien, tal vez el propio Peter, al otro lado del surco. Era, quién lo duda, un buen consejo. Aunque su práctica no resultaba fácil. De hecho, imposible. ¿Empezar como si…? He ahí el problema. El “como si”: él quería romper esa barrera, pasar de la potencia al acto, encarnar. «¿Y eso cómo se hace?», preguntaba la voz por vez primera. No había planos, ni mapas, ni manual de instrucciones, ni algoritmos. Sólo un espacio desierto, los campos anegados y un hueco en su pecho de hierba seca. Nada que no hubieran sentido antes que él otros muchos espantapájaros.

(LUN, 786)

domingo, 3 de abril de 2022

LO QUE ORDENA EL AMOR

Anna Karpowicz (artista polaca, n. 1951): Desnudo en un sofá azul, h. 1994-1998.


«Cogeme por detrás», le dijo ella, al volverse en la cama.
Él lo hizo.
Y lo hicieron de nuevo.
(LUN, 787 ~ Las musas de Macías)

sábado, 2 de abril de 2022

VERLO & DECIRLO

Egon Schiele: Autorretrato con chaleco amarillo, 1914.
Guggenheim, Bilbao.


«Tú y yo no somos
amigos. Sólo somos
buenas personas».
(LUN, 788 ~ De la vida misma)

viernes, 1 de abril de 2022

Toma genoma

(En voz alta). El artículo en el que Manuel Ansede da cuenta de la primera secuenciación completa del genoma de un ser humano, incluyendo las “frases” redundantes que hasta ahora se consideraban poco menos que basura, aunque pueden contener algún tesoro, tiene toda la apariencia de un comentario de texto; en concreto de un poema, y con mayor precisión, de unos versos bien conocidos (tal vez los que más) de Machado, don Antonio. El hallazgo, como explica el artículo, al parecer abre incalculables posibilidades para la comprensión genética de los humanos

🧬 y permite vislumbrar insospechados caminos de actuación biomédica y terapéutica en un futuro inmediato. Cuando algo parecido se logre en relación con el cerebro y su funcionamiento es posible que el salto evolutivo de nuestra especie sea en verdad incomparable. Quien viviera para verlo. Y disfrutarlo, claro. Aunque, quién sabe: quizás intuirlo, imaginarlo con la sólida información puesta a nuestro alcance sea ya una forma de vivirlo. Lo innegable es que, mientras por un lado estamos sumidos en una desconcertante crisis múltiple de dimensiones casi inéditas, por otro nos asomamos, no sin vértigo pero con inmensa pasión, a unas fronteras del conocimiento que no dejan de asombrarnos. Tiempos, además de crudos y difíciles, también raros, insólitos, y llenos de expectativas y esperanzas.

(En voz alta 2). Otra aproximación a la noticia científica del día. Aquí la metáfora de fondo es la del puzle, y las conclusiones, si no distintas, sí se abordan desde una perspectiva diferente, más “conservadora”. En todo caso, el alfabeto de la vida está en el centro de la actualidad. Y aún falta por determinar con claridad el peso de las secuencias palindrómicas. Como para no estar alerta.

EL POEMA DEL ADN

M.C. Escher: Bond of Union, 1956. National Gallery of Art, Nueva York.
Cornelius Roosevelt Collection.


He aquí el poema. Y bien clarito: ACGT,
A de ni na (A), cito sin a (C), gua nina (G) y ti mi na (T). Arte Con GenéTica.
Y una posible partitura de muy variada (e)lección…
ATGC
CGTA
GCAT
TACG
TGCA
GTAC
CATG
ACGT
CAGT
ACTG
TGAC
GTCA
TAGC
GCTA
CGAT
ATCG
(LUN, 789 ~ De la vida misma)

jueves, 31 de marzo de 2022

En torno a Eärendel

Al hilo de las novedades astrofísicas y/o cosmológicas, y en concreto en relación con el descubriiento de la estrella Eärendel, la más lejana hasta ahora consignada, conviene tener en cuenta que a menudo la realidad ha sido previamente imaginada, o al menos sugerida. Claro que a favor de esa posibilidad está esa cualidad de la poesía que es la ambigüedad, tal vez también alguna variante del principio de incertidumbre o indeterminación que tanto peso tiene en nuestros tratos con la posible comprensión de la realidad. Las pesquisas que el siempre atento César Rodríguez de Sepúlveda aquí nos ofrece, junto con su excepcional (aunque sea marca de la casa) traducción del poema de Tolkien, hacen posible entender mejor el alcance y la repercusión simbólica y, por así decir, cultural del reciente descubrimiento. Bien pudiera tomarse como un ejemplo de ese necesario diálogo ciencia-poesía en el que algunos ciframos nuestras mayores expectativas de comprensión de un universo que se nos escapa por las estrechas e inconsistentes costuras de un modelo lógico-científico cada vez más insuficiente. César ha escrito asimismo un poema que, desde cierta perspectiva (neo)romántica de nuestra aventura espacio-temporal, también puede servirnos para explorar con buen pie el verdadero alcance de algunas intuiciones. Búsquenlo en su muro. Merece la pena.

Regreso a "Los Intocables"

(Al filo de los días). Pocas teleseries, entre las clásicas, tan poderosas y memorables como Los Intocables.. Puede que fuera la primera aproximación al cine de gangsters (o gánsteres) de la que pudimos ser algo conscientes y, en consecuencia, el verdadero germen de nuestro interés por un género cinematográfico en el que se han producido algunas de las joyas indiscutibles del séptimo arte, con la trilogía de El Padrino, que acaba de cumplir 50 años, a la cabeza. Un gran momento de la última ceremonia de los Oscars, bofetadas aparte, fue la aparición y presencia en el escenario de Coppola, De Niro y Pacino, mientras sonaba el tema musical de la obra, una de las bandas sonoras más pavlovianas y sugerentes que se hayan compuesto nunca. Un dato curioso de la versión española de Los Intocables es que su narrador, al parecer, era nada menos que Álvaro Mutis. Al menos eso es lo que comentó en este mismo muro Mariano Antolín Rato. Parece que así es. Presten atención.



ANTÍFONA ARAMEA

Peter Paul Rubens: El sacrificio de la Antigua Alianza, 1626.
Museum of Fine Arts, Boston (EE UU).

Al ascender al ara, Aaron asociaba asambleas adánicas al asombro asumido. ¿Aspiraba alumbrar alguna algarabía antilevítica? ¿Advirtió acaso antiguas anomalías al acercarse al Arca? Al avanzar aspiró ansiosamente. Absorbía aromas ardorosas asociadas a amargas angosturas. Allí apareció aún algún ademán altivo. Atronaba al aire angustiado. Acogía abluciones apóstatas. Abatía augures arúspices. Acercaba al abrevadero animales ancestrales. Arañaba ausencias. Anhelaba armonías ante Ararat. Ausentábase. Al alejarse alcanzaba augustas alturas. Así arrebatado, añadió alianza al Arca. «Aaron amado, accederemos al amanecer», añadieron algunos adalides aniñados alertando al ángel ausente… Aún acordamos aspiraciones. Aún arden ascuas.

(LUN, 790 ~ Cuentos literales)

miércoles, 30 de marzo de 2022

Os dedos

(Al filo de los días). Como un secreto casi perdido en la memoria, tal vez como uno de aquellos tesoros que de niños inventábamos con tan sólo poner un poco de papel de plata debajo de un trozo de cristal para cubrirlo luego con tierra, así resuena en algún rincón muy íntimo la canción con la que alguna vez mi madre me enseñó a nombrar los dedos de la mano en gallego, una de esas retahílas básicas que tienen todas las lenguas, que nunca se olvidan y que, si bien se mira, son a modo de brújulas mágicas que nos permiten navegar por muy diversos mares.

Este é o dedo meniño,
este é o seu padriño,
este é o pai de todos,
este é o furabolos
e este, o matapiollos.
Toda una lección, por otro lado, de usos y costumbres, a partir de la cual aún podemos acercarnos a aspectos muy curiosos de nuestra historia.

ALGUNAS VICISITUDES Y TRAVESÍAS ...

ALGUNAS VICISITUDES Y TRAVESÍAS

DE GENTES CON PODER Y GRADUACIÓN

Y OTRAS DE GENTES DEL COMÚN QUE TAMBIÉN CUENTAN

Caspar David Friedrich: En el velero, 1819.
Museo del Hermitage, San Petersburgo.


La humana condición, a lo largo de su dinamitada historia, acumula tal variedad de peculiaridades, excepciones y rasguños que omnipotente y hasta milagrosa podría considerar la mente capaz de hacerse cargo, no ya de su totalidad, sino tan sólo de la punta emergente de ese monte de laderas submarinas sobre el que algunas tribus, no especialmente belicosas, situaban el espacio preciso para el encaje del ara sacrificial; y otras, amansadas en la arena del desierto, la peana de andas portadoras del arca de la alianza. No sabemos si Perec, tan dado a dejarse tentar por hipótesis sin coartada —también a sacarse de continuo conejos de su barroca chistera— estaría pensando en algo semejante cuando, sin ningún género de dudas y sin dudas de género, situó, uno tras otro, a ‘El sultán Selim III que alcanzó ochocientos ochenta y ocho metros’, seguido por ‘El sargento jefe que murió de una absorción masiva de goma’ y, como tercero en discordia y franca contradicción, ‘El segundo de abordo del “Fox“ que descubrió el último mensaje de Fitz-James‘. De todos estos tuvo noticia ‘El joven estudiante que se pasó seis meses en su cuarto’ y es probable que también estuviera advertida de ello ‘La esposa del productor que marchaba para una nueva vuelta al mundo’, sin que quepa descartar que ese conocimiento contribuyera a despertar en la dama un ya maduro apetito circunnavegador y sus tal vez tímidos pero muy consistentes deseos de aventura.
(LUN, 791 ~ Perec al paso, 61-65)

martes, 29 de marzo de 2022

KAFKIANA


Al despertar del día de marras y de su cita con la hacienda pública, a K. lo asaltó, sin saber de dónde, una imprecación que, vertida en román paladino, bien podría enunciarse así: «Mecagüen to’ lo que se menea». Explicar el trasfondo de aquella ocurrencia sobrevenida le llevaría a demorarse, y además muy minuciosamente, en la escritura del Proceso hasta tratar de entender las interioridades del Castillo, con sus múltiples subterráneos, pasadizos y mazmorras. Sin olvidar, claro está, el foso infestado de caimanes, hienas locas, reptiles chupópteros y toda una legión de fadas corrupias. «Lo indudable, cagüendies —se dijo el asistente de K, imitando sin casi advertirlo a su convecino Nostra—, es que hay un buen tajo por delante».
(LUN, 792)

Ilustraciones de Luis Scafati
para una edición de El castillo, de Franz Kafka,
publicada por Sexto Piso en 2015.

lunes, 28 de marzo de 2022

Adiós a Mario Muchnik

Mario Muchnik durante la presentaciòn de sus memorias.
Foto: Casa América.

(En voz alta). Ante el fallecimiento de Mario Muchnik no faltará quien hable de la desaparición de uno de los últimos grandes editores a la antigua usanza, gente de cultura extensa y de tan probada como pertinaz vocación lectora. Fue el suyo un empeño mantenido con aplomo y decisión allí por donde pasó (transitando en parte, y sobre todo en términos pecuniarios, ‘de fracaso en fracaso’) y su sabiduría editorial, quintaesenciada en sus postreros libros de memorias, nos ha dejado lecciones impagables, más allá de ese ya feliz tópico que consiste en saber que en las industrias de la letra empresa y territorios afines “lo peor no son los autores”.

Durante sus años en Anaya, donde siempre fue una especie de mirlo blanco, incomprendido y hasta “chanceado”, aún llevó a cabo alguno de sus muy valorados ‘descubrimientos’, botines nobles que sumar a sus tratos con Cortázar, Canetti, Bruce Chatwin… Así, por ejemplo, fue él quien le dio la primera gran oportunidad seria a Javier Reverte para despegar desde la palestra del periodismo de campaña a la narrativa pura y dura. Su trayectoria, en los puntos que de verdad importan, ha sido todo un ejemplo de osadía e inteligencia. Y su intento de aunar ciencias y humanidades, potenciado por su formación como físico, sin duda marcó una vía por la que otros transitaron, y aún sigue teniendo plena validez. Descanse en paz y que le sea leve el tránsito al país de todos los libros.

domingo, 27 de marzo de 2022

LA EZCALERA


Escalera del campanario de la catedral de Coria (Cáceres),
diseñado por Manuel de Lara Churriguera.

Tras pasar el zaguán y penetrar en la cripta, el joven vampiro, algo zangolotino e inexperto del todo, confundió la zona rinconera de los féretros con la zacristía inferior, y cuando quiso darse cuenta había quedado atrapado en el azogue zigzagueante de un falso ezpejo que hallábase escondido en el ojo zurdo de la ezcalera. ¿Lograría zafarse algún día? Quién lo sabe. Por zi acaso, no os demoréis en la contemplación de los vidrios soplados.

(LUN, 794)

viernes, 25 de marzo de 2022

EL DÍA EN BLANCO

Jack Vettriano: Te Singing Butler (“El mayordomo cantante”).

Y así, entre giros, nubes, voces, cercanías, intensidades, reflejos, alusiones, veleidades, velas, fosfenos, rompientes, lunaciones, alegorías y sonrisas fuimos pasando el día en blanco. Quedan nueve meses para la Navidad.

(LUN, 796 ~ De la vida misma)