GENTES MUY DIVERSAS CON UN PASEO EN MOTO Y UN PROFESOR DE HISTORIA MUY CONTRARIADO
Recreación de una calle de París, con algunos de los personajes mencionados…
y un Petit chat aventurero.
Que el mundo está lleno de todo tipo de gentes es una verdad irrefutable: basta con asomarse al balcón cualquier tarde de Primavera o, en su defecto, darse una vuelta rápida por los programas de televisión. Ahora bien, no siempre es fácil hacer coincidir en un mismo espacio, y casi en el mismo cuadrante, a —fíjate bien— nada menos que ‘El frustrado auxiliar de laboratorio que perdió tres dedos de la mano izquierda’, ‘La joven que vivía con un albañil belga en Chaumont-Porcien’, ‘El antepasado del doctor que creyó descubrir el enigma del diamante’, ‘La joven que hacía concluir pactos con Mefistófeles’, ‘El hijo del anticuario que alborotaba con su moto luciendo su equipo rojo’, ‘El apoderado que divulgó el secreto de los químicos alemanes’ o, por decirlo de una vez, ‘El antiguo profesor de historia que quemó su manuscrito rechazado’. Es imposible para cualquier amanuense no sentirse solidario con este último y no sería extraño que el propio Perec, al anotar su circunstancia, sintiera una punzada de pena e incluso estuviera a punto de verse reflejado en una biografía tan concisa y significativamente resumida en diez palabras.
(LUN, 771~ Perec al paso, 71-77)
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