martes, 26 de abril de 2022

EL GRAN DILEMA

Goya: «Asta su Abuelo», 1799.
Grabado número 39 de la serie «Los Caprichos»,
Museo del Prado, Madrid.
«Escribir o leer, he ahí el dilema». Me sorprendió la otra tarde mi amigo el actor plantándose ante mí con un tintero de cerámica de Talavera-El Puente en una mano y en la otra uno de esos librillos que se compran muy baratos en los chinos y que, ya desde su falsa apariencia moleskine, parecen estar diciendo «Es tu bebé, es tu bebé», como una clara invitación a la escritura. No me pareció baladí la propuesta escénica, aunque sé que mi amigo el actor es muy burlesco y no suele creerse ninguno de los papeles que representa. Pero en este caso me pareció advertir en su propuesta un claro sesgo de argumento ad hóminem; vamos, que me estaba criticando directamente, no sé bien si de pecar de presumir de lo primero o de empeñarme en parecer que tengo de lo segundo las gracias de carencia cervantina. Dicho de otro modo: de alardear de lector cuando lo único que de verdad me interesa es figurar, o fungir (sic) de escritor, siendo así que en realidad las más de las veces me limito a transcribir —traducir— y no siempre lo mejor que puedo aquello que logro asimilar de mis largas tardes y noches de lectura ensimismada, que las mañanas se me suelen ir en soñar y en pergeñar estas boludeces y otras parecidas. Pero el peculiar momento dramático llegó a su clímax cuando, en una pausa de silencio mutuo, mi amigo sacó de su portafolios —¿dónde lo llevaba?— una imagen con un conocido grabado de Goya y me lo puso delante con un gesto que aún estoy intentado interpretar. Tampoco voy a sorprender a nadie —colijo— si digo que mi amigo el actor en ocasiones me tiene hasta el asta con sus… ¿improvisaciones? Quién lo sabe.
(LUN 764 ~ Al pie de Goya)

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