jueves, 22 de septiembre de 2022

EN EL TREN DE LA MEMORIA

Niño en tren. Foto de autor no identificado.
Lo recuerdo tan vagamente que ni siquiera soy capaz de inventarlo. Pero sé que el primer lugar que conocí de Madrid, la ciudad en la que resido desde septiembre de 1974 (pronto hará medio siglo), fue la antigua Estación del Norte, o de Príncipe Pío, tal vez hacia 1958 o 59. Puede que incluso algún año antes. Por pura lógica narrativa y objetividad biográfica, debería corregir ese recuerdo y concluir que, en realidad, el primer sitio madrileño en el que puse el pie debió de ser la antigua parada de autobuses de La Sepulvedana, vía Talavera-Madrid, que se encontraba en la calle Cadarso, justo enfrente de donde después abriría la Sala Cadarso, uno de los lugares básicos del teatro independiente ya desde los años previos a la movida, cuando Madrid era un corral de comedias y quienes estábamos al tanto de ciertos lances dramáticos nos movíamos por un circuito bien preciso que tenía en los colegios mayores, con el San Juan, el añorado Johnny, a la cabeza, sus principales escenarios. Pero por encima del lugar de arribada de aquellos paquidermos lentos y estruendosos que eran los viejos autobuses de línea, a los que, curiosamente, por entonces todos conocíamos con el nombre de «la Rápida», el Madrid más antiguo que recuerdo es el de la maravillosa Estación del Norte, con las marquesinas de hierro de las altas naves que coronaban sus andenes y que a menudo estaban envueltas en el humo de las viejas máquinas de carbón. Y con los gigantescos convoyes entrando o saliendo por las vías, o parados como si durmieran un sueño de meses, con aquellas leyendas grabadas en su puertas, “Companhia International das Carruagens Camas”, o “Compagnie International de Wagons-Lits”, que iba deletreando con dificultad, trabado en sílabas desconocidas que en sí mismas eran una sugerencia de la atmósfera de novedad y hasta aventura con que vivía aquellos viajes veraniegos hacia el Norte..., aunque más bien fueran (sobre todo en los primeros años) viajes hacia la Edad Media de las películas de Bergman o Bresson. Un asunto, otro, de largo recorrido.

(LUN, 617)

No hay comentarios: