Tiziano (tal vez con Giorgione): El concierto campestre, 1510. Museo del Louvre.
Lo más duro del oficio de vivir —pensó al despertar o a lo que él creía que era el despertar— es no poder darle un impulso duradero a nuestro sueños. Ya sea para regresar a Manderley o para huir de Hiroshima, mon amour.
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