Contaba el profesor cómo en plena misión espacial, cuando el alunizaje estaba a punto de producirse, se presentó en las instalaciones un grupo de personas que a toda costa querían hablar con «el jefe de aquello». Se les explicó la dificultad del momento y la inoportunidad de la visita, pero todo fue inútil y Ruiz de Gopegui no tuvo más remedio que recibirlos. El problema era de extrema gravedad: se trataba del alcalde y una delegación del pueblo vecino de Navalagamella que pretendían que se les exigiera a los americanos que, siempre que se mencionara la estación, al nombre de Fresnedillas de la Oliva, se añadiera el de su pueblo, ya que una parte de las instalaciones se ubicaban en su término municipal. Bromeaba don Luis diciendo que, si ya les resultaba difícil a los estadounidenses pronunciar el nombre de Fresnedillas (de hecho, solían referirse a ella como estación de Madrid), era imposible pensar que pudieran referirse de corrido a la Estación de Frenedillas-Navalagamella. Era un placer oír al profesor. Echaremos de menos su talante y su saber. Descanse en paz.
martes, 3 de septiembre de 2019
El profesor Ruiz de Gopegui: una anécdota
Contaba el profesor cómo en plena misión espacial, cuando el alunizaje estaba a punto de producirse, se presentó en las instalaciones un grupo de personas que a toda costa querían hablar con «el jefe de aquello». Se les explicó la dificultad del momento y la inoportunidad de la visita, pero todo fue inútil y Ruiz de Gopegui no tuvo más remedio que recibirlos. El problema era de extrema gravedad: se trataba del alcalde y una delegación del pueblo vecino de Navalagamella que pretendían que se les exigiera a los americanos que, siempre que se mencionara la estación, al nombre de Fresnedillas de la Oliva, se añadiera el de su pueblo, ya que una parte de las instalaciones se ubicaban en su término municipal. Bromeaba don Luis diciendo que, si ya les resultaba difícil a los estadounidenses pronunciar el nombre de Fresnedillas (de hecho, solían referirse a ella como estación de Madrid), era imposible pensar que pudieran referirse de corrido a la Estación de Frenedillas-Navalagamella. Era un placer oír al profesor. Echaremos de menos su talante y su saber. Descanse en paz.
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