lunes, 8 de julio de 2019

Cielo goyesco

Foto: AJR, 2019.
(Al paso). Atardecer sobre la Avenida de América, en Madrid. Esa hora en que los cielos velazqueños van mutando hacia cielos goyescos, a su capricho. Ciudad inspiradora.

El Doble

Josep Togores: Pareja en la playa, 1922. Museo Nacional de Arte Reina Sofía.
Aquí empieza la sed del que no duerme: su mecanismo no conoce otra forma de sueño que la fuente.

domingo, 7 de julio de 2019

Boa viagem, João Gilberto


(Audiciones en voz alta). Un “pranto” para acabar con la tristeza. João Gilberto, pura suavidad rítmica, los latidos íntimos de la vida. Obrigado. Boa viagem.

El Irisgayo

Joan Miró: Le coq, 1940. Col. Particular.
Vivir entre colores que se desplazan de puerta a puerta: allá la roja de Tannhäuser, acá la Violeta.
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sábado, 6 de julio de 2019

Días del mes de julio

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Ascensión al Tourmalet en el Tour de 1990. Induráin, en el centro,
flanqueado por Perico Delgado y LeMond. Foto tomada de El país.
Vuelve con la ilusión cada verano
de una epopeya que me compra el alma
esa explosión del músculo, el hechizo
que corona la cumbre y baja al llano.

Yo era niño en los tiempos del Caníbal
y me llené de sangre bajando el Col de Mente.
Vi las sombras peladas de l’Aubisque
y la muerte en directo en Mont Ventoux.
Hay que oírlo, señor, para creerlo,
cómo cuenta el dios Ares la batalla,
con pulsiones que erizan el paisaje.
Y el sudor y los gestos y los gritos,
la elegancia que cruza por la cima:
Luis Ocaña, Perico... e ¡Induráin!
(Esto fue ya hace tiempo. Sin embargo,
el hechizo prosigue. Y sus eclipses).

El genio Suárbol

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Castaño centenario en un bosque gallego, en la comarca de Baralla, en los Ancares lucenses. Foto: Lusco_Fusco.
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De la raíz al cielo, la vida bebe por sus venas de tierra el fundamento. Y por el aire —el mismo aire que respiras tú— el milagro interminable de la luz.
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viernes, 5 de julio de 2019

Juliàn Rodríguez, in nostalgia

julian rodriguez
El escritor y editor Julián Rodríguez,
fotografiado por Bernardo Pérez.
(Lecturas en voz alta). ¿Se puede sentir nostalgia de lo no vivido? Sensu stricto, probablemente no. Tal vez por una razón parecida al fundamento del viejo empirismo: no puede haber nada en el corazón que no haya pasado antes por los sentidos. Pero no encuentro mejor modo de explicar las sensaciones y la emoción que me producen las diversas notas necrológicas (más de una docena) que he leído del escritor, editor y activista múltiple Julián Rodríguez, que falleció de forma súbita y a edad manifiestamente impropia el otro día. No tuve la suerte de conocerlo, aunque sí me crucé alguna vez con él. Al hilo de lo que cuentan sus amigos y colegas, no tener ya la posibilidad de tratarlo me produce una extraña y pegajosa tristeza. Una nostalgia del futuro imposible realmente insidiosa. Quizás algo se pueda remediar siguiendo sus huellas: leyéndolo, indagando. Que la tierra le sea leve

El Atorrante

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Goya: El tío Paquete, h. 1818-20. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Nunca sabes cuándo te saldrá al paso. No lo desprecies. De sus torpes palabras siempre se aprende algo. Luego, olvídalo, olvidalo.
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jueves, 4 de julio de 2019

Arturo Fernández, de una pieza


Arturo Fernández.jpg
De Arturo Fernández, que acaba de abandonar los escenarios camino de la gloria y el olvido, he admirado siempre, por encima de todo y a menudo superando un gesto instintivo de desconcierto, su enorme sentido del humor, que hacía por completo amables sus formas de galán anticuado y prosopopéyico y su a menudo indisimulada mala leche. Me dí cuenta de lo gran actor que era, si no recuerdo mal, en Truhanes, una peli ya de plena madurez, aunque después descubrí otros muchos magníficos papeles anteriores. A menudo me pareció que la aparente facilidad y eficacia de sus actuaciones tenían una explicación sencilla: siempre hacía de sí mismo. Pero eso en realidad no puede ser más que fruto de una capacidad interpretativa trabajada hasta el último detalle. Ha muerto al pie del cañón, como quien dice. Y como, desde Molière para acá, sólo mueren los grandes actores. Y él lo era. Descanse en paz.

La Confusa

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Gustave Moreau: Salomé en la cárcel, h. 1873-76.
Museo Nacional de Arte Occidental (Kokuritsu seiyō bijutsukan),
Parque Ueno, Tokio (Japón).
Déjala que se marche, que tiene prisa. No esperes a ver qué esconde bajo el cruel laberinto de su camisa.

miércoles, 3 de julio de 2019

El Emisario

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Jean Dubuffet: Personnage dans un paysage, 1957.
Tiene en sus manos —y no es mal fario— todas las cartas el Emisario. Toda la vida, con ilusión, busca que busca. ¿Qué busca? ¡Un buzón!
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martes, 2 de julio de 2019

La Papisa

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Velázquez: Retrato de Olimpia Maidalchini Pamphilj o La papisa, 1650. Col. Particular.
Píntale rojo el ojo, cruza su frente y no la pierdas de vista. Aunque tú no lo sepas, ella te mira.

lunes, 1 de julio de 2019

Vida en el aire

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La calle y la paloma. Foto: AJR, 2919.
Móvil fugaz: la vida. La mirada
que descubre el lugar más apacible,
un minuto después ve la terrible
necedad de su asombro, sin coartada.
Un péndulo nos mueve en su infalible
noria de sol y niebla, mientras cada
frontera de la dicha está marcada
por un río de hielo indestructible.
El corazón del péndulo, que late
con vibración dispar y esparce olvido
al ritmo apresurado de las horas,
revela la verdad de este combate
repetido de noches y de auroras:
la leve brevedad de lo vivido.

El Danzante

La imagen puede contener: calzado
Danzante maya.
En esta carta del Tarot se esconde la fuerza inmensa del antiguo cofre. Nadie sabe dónde.
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domingo, 30 de junio de 2019

El día del palíndromo


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Los palíndromos están por todas partes. Foto: AJR.
Al borde de Julio, en el eje del año, se celebra el Día Internacional del Palíndromo (2 de julio), ese juego tan significativo y banal que quizás tenga en su esencia una cifra aún no suficientemente explicitada del universo. De momento, está siendo decisivo para entender el lenguaje de nuestro ADN. Y ofrece algunas de las más consistentes metáforas para calibrar ciertos comportamientos íntimos, supersimétricos, de las partículas elementales y el latido más profundo del corazón de la materia. En términos palindrómicos, ahora inicia el año su camino de retorno, vuelve sobre sus pasos (curiosamente, o no, hace un par de fechas nos decían que por fin habían concluido los días anuales de trabajar para la Hacienda pública y empezábamos a hacerlo para nosotros mismos). A la palindromía debo muchas horas de felicidad, de ocio transitivo y válido por sí solo, de puro placer. Así que les invito a visitar la sede del Club Palindromista Internacional (del que es un honor ser miembro) y a permanecer atentos a los numerosos bumeranes que en las próximas horas cruzarán el espacio-tiempo de forma visible. ¡Ajá!

Brindis al sol

Evaristo Valle: Demetrio, el guapo, en la taberna, h. 1949. Museo de Bellas Artes de Asturias.
1
Es fama que el autodenominado Cacique Bueno, cada vez que por entonces regresaba al pueblo donde había sido maestro, entraba en el bar de O Ruco abanicándose de forma ostensible y casi “ostentórea” con un billete de cinco mil pesetas y profería con gran ampulosidad la misma frase: «Antonio, pon de beber a todos istes». Pero todos sabían que aquel gesto estaba minado en sus orígenes. No era más que un brindis al sol, aunque parece ser que ayer volvió a cobrarse otra ronda*
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sábado, 29 de junio de 2019

Llamazares en Fermoselle

Vista de Fermoselle (Zamora).
(Lecturas en voz alta). Me ha gustado mucho este artículo de Julio Llamazares, por lo que tiene de generosa lectura de dos poetas jóvenes y por la importancia que concede a la mirada sensible hacia lo que está ahí desde siempre, a menudo sin nosotros o, como alguien dijo, «llamando a la ruina en medio del unánime bostezo». 
Llamazares, que fue uno de los primeros que le prestó atención literaria a lo que ahora se ha dado en llamar la España vacía o vaciada, sabe muy bien de lo que habla. Y es de agradecer que lo haga así.

Preferencias (4x4)

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Contemplando L’origine du monde (1856), de Gustave Courbet. Museo de Orsay, París.

P A R A

A M A R
R A P E
A R E A

viernes, 28 de junio de 2019

3 noticias 3

Gianni Vattimo
Gianni Vattimo, en su casa de Turín. Foto de 
(Lecturas en voz alta, 1). La lectura del papel de esta mañana aporta tres historias particularmente interesantes, ambas tres alejadas de la machacona y truculenta y exasperante realidad política y canicular. La primera es esta entrevista que Daniel Verdú le hace al filósofo Vattimo en su casa de Turín. Resulta muy curiosa la forma en que el padre del “pensamiento débil” contempla el tránsito (o sea la muerte) y su relación con las viejas glorias de la filosofía.
Vista áerea de las 30 hectáreas sobre las que se ha realizado las prospecciiones geomagnéticas con resultados positivos
Vista aérea del yacimiento de Recópolis. 
(Lecturas en voz alta, 2). La segunda es este reportaje sobre las ruinas de Recópolis, la ciudad visigoda cercana a Zorita de los Canes, en Guadalajara, cuya lenta pero sostenida excavación no deja de proporcionar datos del máximo interés. Aún recuerdo la extraña impresión que me asaltó, cuando visité el yacimiento a mediados de los 90, de estar ante una ruina reciente, como recién bombardeada.
(Lecturas en voz alta, y 3). Y la tercera, cuya localización digital ha sido laboriosa, es este reportaje sobre Ayna, el inolvidable pueblo de la sierra albaceteña devorado por la ficción. Con ser muy interesante lo que se cuenta sobre su actual alcalde (aquel “niño deprimío” del «Amanece que no es poco»), lo que me ha impactado ha sido esa y griega tildada, todo un alarde de excepción ortográfica que, como he podido comprobar, cuenta con el aval de las autoridades del «fija, limpia y da esplendor». Es difícil, creo yo, no verlo como otra víctima.

Grafiteros

Uno de los grafitis de Pompeya y Herculano.
«Oh, pared —decía en mitad del muro la pintada más discreta—, me maravilla que no te hayas hundido bajo el peso de tantas necedades».
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jueves, 27 de junio de 2019

El buen pespunte*

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Óscar Domínguez: La Couturière, 1942. Col. particular.
En aquellos tiempos, mucho antes que una letra griega, alfa era una máquina de coser: quizás, junto con la radio, el primer artilugio verdaderamente moderno que hubo en nuestras vidas.
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*Como muchos ciudadanos coetáneos de Eburia recordarán, «El Buen Pespunte» era el nombre de una famosa tienda de enseres domésticos que tuvo su primera sede en la calle del Sol esquina a Santa Lucía.


miércoles, 26 de junio de 2019

El durmiente

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José de Ribera: El sueño de Jacob, 1639. Museo del Prado, Madrid.
A veces por el sueño tengo la impresión de que llego a recuerdos imposibles. Anoche, por ejemplo, soñé que estaba durmiendo en una gruta en los altos de la meseta, cuando el cielo se iluminó de pronto con la más poderosa luz que haya visto nunca. Supe después que el asteroide Theia, del tamaño de Ares, había chocado con la zona invertida de la Tierra y que de aquella inconcebible colisión, que durante un buen rato hizo que el planeta desapareciera de todos los registros inteligentes del cosmos, se formó la Luna. Durante mucho tiempo el nuevo cuerpo quedó cubierto por un manto de lava ardiente, «en el que —según cuentan las crónicas— los materiales más pesados fueron cristalizando en el fondo, en tanto que los más ligeros permanecían flotando en la superficie como polen útil para fecundar los cauces internos de la materia». No quedaba claro, en el sueño, dónde estaba yo mientras todo esto ocurría. Pero tampoco sé muy bien dónde estoy ahora. Ni si volveré a soñar.

(Inspirado en una información de El País, jueves 16 Junio 2019, p. 33).

martes, 25 de junio de 2019

El invisible (r)

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«Cosas que ocurren cuando los museos cierran sus puertas».
Collage de Barry Kite.
Hace mucho que no sabemos nada del invisible. Pero los muertos no mueren. Ni hay ningún motivo para pensar que el invisible esté muerto. Y tú, ¿de qué lado estás? Cualquiera de estas noches cruzaremos el río Grande.
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lunes, 24 de junio de 2019

Soneto para el fu/ego

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Isabel Rawsthorne: Moving bodies (editado).
(Noche de San Juan)
Sostengo de palabras y de fuego 
una hoguera venial: es solo un juego,
mas va mi vida en ello, si es que luego
lo puedo soportar. Hay un trasiego
de nombres y de ritmos. No me entrego
a la primera. Busco el punto ciego
desde el que no se ve la luz del ego
que todo lo mixtura en su talego.
Hay cosas si curiosas también duras,
pues dan cuenta sin fin de las maduras
penas que nos producen quemaduras
para las que no hay bálsamo ninguno.
Vivir es esto: darle el oportuno
punto final al poema, claro o bruno.

Las brasas

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Noche de San Juan: Paso del fuego en San Pedro Manrique (Soria). Foto: JM Cadenas.
Tras cada pisotón sobre la alfombra candente, el pasador veía alzarse un pandemonio de burlones diablillos que apenas brillaban un segundo en el aire y se perdían hacia el fin de la noche. Al terminar, mientras empezaba a sentir en los pies un escozor repentino y creciente, recordó las palabras que le había dicho su abuelo al jovenzuelo aquel que preguntaba por el milagro anual de San Pedro Manrique, al tiempo que aportaba algunas conjeturas: que si la potencia de la presión, los ejercicios respiratorios, la calidad del combustible, que si patatín, que si patatán... «Explicaciones —había dicho el anciano— se dan muchas. Pero pasarlas... sólo nosotros».
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domingo, 23 de junio de 2019

Cantaora en Residencia


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(Visiones y audiciones en voz alta). Fue un privilegio asistir en la noche de San Juan al concierto que la cantaora Mayte Martín ofreció en el jardín de la Residencia de Estudiantes, como cierre de la Suma Flamenca de Madrid. Bajo el leve movimiento de los jóvenes chopos y entre el amortiguado grito rojo de las adelfas, y frente a un público numeroso y entregado, la cantaora dedicó su hermoso homenaje a García Lorca, “en su lugar”, interpretando cuatro de las más conocidas canciones ligadas a su nombre («Los cuatro muleros», «Las morillas de Jaén»... ), con arreglos y tesituras que hacían de ellas estrenos absolutos. Y un prodigio de saber, arte y delicadeza. Fue después desgranando sus “mementos”, un selecto repertorio de soleares, seguiriyas, tientos, fandangos, bulerías, hasta desembocar en géneros no por menos capitales dentro del canon flamenco más carentes de gracia y donaire: una hermosa milonga o la colombiana con que rindió homenaje a Valderrama. La claridad interminable de la voz de la artista catalana, con los maestros José Tomás y Alejandro Hurtado a la guitarra, llenó de belleza un espacio único y dejó en la noche más corta del año un aroma penetrante de arte, hondura y verdad. Lo dicho: un privilegio.

Viaje astral

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Jacob Peter Gowy: La caída de Ícaro, 1636-1638. Museo del Prado, Madrid.
Entre el deseo y el desastre, hijos ambos de la misma estrella, transcurre nuestra vida. Aunque cabe otra opción: que nuestra vida transcurra entre el desastre y el deseo, ambos hijos de la estrella misma. ¿Podemos elegir?
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sábado, 22 de junio de 2019

El estío (diálogo interior)

Picasso: La serenata, Mougins, 1965.
«De todos los nombres y expresiones que convoca la estación que acaba de iniciarse —me dice el interlocutor, sin casi darse por aludido ni dejarse encasillar en una vida escasamente imaginaria— ninguno refleja, a mi entender, con más claridad su verdadera condición que el rotundo apóstrofe que suelo oírle a alguien muy cercano: “¡La virgen, qué bochorno!”». Y, una vez puestas en su sitio las dobles comillas teatrales, qué otra cosa puedo hacer más que asentir. Asentir y curarme en salud, entre la realidad y la ficción, tierras ambas muy duras y complejas: «¡Que dios nos pille confesados... y a ser posible cerquita de una sombra», le respondo mientras lo veo irse. Y cierro comillas.
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viernes, 21 de junio de 2019

Cabezabuque

Marcel Gromaire: La Guerre, 1925. Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris.
El sargento primero Ramón, más conocido por la tropa como Cabezabuque, se pasó toda mi mili tratando de pillarme en un renuncio, especialmente en el trance de fumar algún porro, o algo más fuerte, y a ser posible en la oficina de la escuadrilla de instrucción, a la que yo como cabo furriel tenía acceso libre. Y es verdad que alguna vez no nos cazó, a mí comilitón el Charro y a mí, por muy poco. Lo más risible fue el día en que entró de golpe en la oficina y se puso a hurgar en los cajones de la mesa del brigada Marín, nuestro jefe inmediato. Había allí una pequeña caja con menudencias y basurillas varias, tornillos, arandelas, algún resto de cable..., y en medio de toda aquella barahúnda un buen trozo de masilla cristalera. Era digno de verse el gesto de sabueso de película con el que Cabezabuque olisqueaba aquello y la sibilina intención con la que nos miraba enarcando los ojos más de lo que ya de por sí le obligaba a hacerlo su menguado arco superciliar, que acabó convertido en poco más que el trazo de un dibujo animado cuando me lanzó una ojeada desafiante como diciendo: «A mí no me la das, periodista» —así se empeñaba en llamarme—, «que te tengo calao...» No sé cómo pudimos contener la risa, supongo que disimulando o fingiendo estar enfrascados en ultimar la lista de los servicios cuartelarios del fin de semana. Tampoco recuerdo cuál fue el desenlace de la escena. Me parece que desde entonces, además de por el nombre alusivo a su poderosa testuz, al sargento primero Ramón comenzamos a llamarlo Chusquero Masilla, aunque estoy casi seguro de que él nunca llegó a enterarse. Como sé que tampoco leerá estas líneas, aunque el mundo da a veces vueltas tan extrañas que nada es por completo descartable.
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jueves, 20 de junio de 2019

Negroponte vuelve


nicholas negroponte
(Lecturas en voz alta). Una buena forma de despedir la primavera y prepararse para el estío (¡ese tío!) es asomarse a esta entrevista con el viejo gurú Nicholas Negroponte, que tanto nos iluminó en los momentos del despegue cibernauta. Sus reflexiones, sin dejar de meter el dedo en algunas llagas, transpiran lucidez y optimismo, y contienen algunos subrayados muy gratificantes, como la importancia que concede a la conciencia —el verdadero tema de nuestro tiempo en días de secuestro permanente de la atención— o ese énfasis final en la importancia de las humanidades. De obligada lectura.

A nueve ve Una (2)



(Visiones en voz alta). No sé por qué, al ir a activar el teléfono, me salta este vídeo que, vagamente (todo ya empieza a ser así, incluso aquello a lo que me aplico con mayor diligencia), recuerdo haberlo utilizado en una ocasión para ilustrar un palíndromo. Una tranquila belleza de un tiempo y un lugar determinados, pero a la vez insólitos y por estrenar. Pasen. Vean.

Hablarle a Borges (21)

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Borges, de cara al infinito.

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Borges en el trance de que alguien le diga
que en un texto suyo (¿de quién?)
ha descubierto una errata.
(Hablarle a Borges, 71). Dicen que Borges dijo o escribió: «No sé si hay otra vida; si hay otra, espero que me esperen en su recinto los libros que he leído bajo la luna con las mismas cubiertas y las mismas ilustraciones, quizá con las mismas erratas».
Y, asintiendo, se me ocurre añadir: «Por sus erratas los conoceremos y tal vez, en esa conjetura del más allá, nos reconoceremos».

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¿En qué mano está? Los juegos de Borges.

(Hablarle a Borges, 72). Dicen que Borges dijo o escribió: «Siempre sentí que ser poseedor de un secreto me halagaba más que contarlo».

Y se me ocurre: «¡Sí, sí, dónde va a parar! Ser “el dueño del secreto” es uno de los más dignificantes papeles que pueden cumplirse en la vida social, tan dada al comadreo y la murmuración Aunque a veces también puede llegar a rozar lo heroico».



(Hablarle a Borges, 73). Dicen que Borges dijo o escribió: «Eso de que el plagio es la forma más sincera de la admiración, creo que es cierto».
Y nada más leerlo se me ocurre: «A mí también me lo parece. Nunca he entendido esos enfados monumentales de quienes han sido suplantados sin mayor menoscabo que el mero intercambio de nombres. Es más, intuyo que esas actitudes, con el ridículo egotismo que revelan, acaso demuestren un no estar a la altura del azar favorable».
Adenda: Hay, además, una definición del plagio en el Diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce, que lo subraya: «Coincidencia literaria entre una prioridad carente de mérito y una posterioridad honorable». Y es que el plagio, como un directo homenaje, lo que muchas veces acaba fundando es el valor de la obra plagiada. El caso del Quijote, con la reacción que Cervantes tuvo ante el “agravio” de Avellaneda —y ahí sí que había, además de una probable querella y afrenta personal, un conflicto económico—, es paradigmático: sirvió para que Cervantes traspasara, por así decir, los límites de su propia obra llevando la escritura de ficción a un terreno inexplorado y radicalmente nuevo: la invención de la novela moderna. Confundir el arte con la propiedad y las segregaciones del ego es, como mínimo, un signo de profunda miopía.

Sin malicia

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William Heine: Recibimiento de Perry en Yokohama en 1854, litografía, h. 1855. Época Meiji.
Foto: Wikimedia Commons.
—Ahora me toca a mí —dijo Rosalinda.
—¡Dispara! —repuso Lamillo.
—En el puerto de Sanlúcar
hay tres barcos no chiquitos:
un crucero, un transatlántico
y el otro que ya te digo.
—¡A navegar!

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miércoles, 19 de junio de 2019

Itinerario

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Jenaro Pérez Villaamil: Manada de toros junto a un río, al pie de un castillo, 1837.
Museo del Prado, Madrid.
Me pides que te cuente la historia de la familia y no veo mejor forma de empezar que con un principio memorable: todas las familias felices se parecen, pero las desgracias lo son cada una a su manera. De Castro Sil a Eburia hay un largo camino y se puede ir por muchas partes...
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martes, 18 de junio de 2019

Mio Cid

Códice del Cantar de Mio Cid expuesto en la BN.
(Lecturas en voz alta). Si usted está pensando en visitar la exposición que la Biblioteca Nacional de Madrid dedica al poema del Mio Cid, incluida la exhibición pública por vez primera (hasta hoy: 18 de junio) del manuscrito original, le resultará muy útil e interesante este artículo de Carlos García Santa Cecilia, excelente narrador de hechos comprobables y buen conocedor de la docta casa, además de colega en vericuetos enciclopédicos. 
El paseo por la vasta penumbra de las bajas salas del edificio es un verdadero viaje a las “esencias”, sin excluir el temblor asociado al viejo vicio de la falsificación, tan arraigado en nuestra historia... aunque acaso no mucho más que en otras coterráneas. Además de las precisiones y sustanciosas anécdotas que Carlos ofrece, es muy digno de ver y leer el manuscrito de la carta que Américo Castro le escribió a don Ramón M. Pidal: allí están presentes ciertos curiosos tics de nuestros investigadores filológicos, siempre a punto de mostrarse como de vuelta de todo... en algunos casos sin haber ido. Una hora y media muy provechosa. Y una lectura gratificante.

lunes, 17 de junio de 2019

Filos

Posible diálogo imposible. Alrededores de la Plaza de Colón, Madrid.
Foto: AJR, 2019.

El amor se complica la vida cuanto puede,
su misión es volverla apasionante,
no en vano los artistas suelen pintarlo ciego,
loco amor que nos cura y que nos hiere.
Pero es también la calma apasionada,
la mano que acaricia las arrugas
y las vuelve ternura, suave acorde
que se alza entre tus ojos y la muerte.
Los amores que cantan dicen nombres
y llenan el espacio de acrobacias
osadas y quizás algo fingidas.
Detrás, vivo en la sombra,
alguien está escuchando
la lengua tensa del amor que calla.

El apagón

Petrus van Schendel: Mercado nocturno, siglo XIX.
Primero se anunció como el fruto de un sabotaje. Después fue excusado como un fallo en la comunicación de dos centrales hidroeléctricas. Más tarde se dijo que era debido a la capa sulfurosa que se desplazaba velozmente cubriendo todo el hemisferio sur del planeta. Ahora sabemos de verdad cuál es la causa. Pero ya... ¿de qué sirve?
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domingo, 16 de junio de 2019

Oí negro por genio

Alejandro Humberto: Dizzy Gillespie, de la serie «Tiempo de jazz».
Al volver sobre sus pasos, el olvido puede con casi todo. Deshace nombres, borra rostros, deshilacha historias. Pero te juro que no tiene potestad alguna contra la imagen primordial de los carrillos de Dizzy Gillespie en el trance de dar a luz una ráfaga prodigiosa.
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(Micródromos)

Excusas morosas

Pierre-Auguste Renoir. Almuerzo en el Restaurant Fournaise (o El almuerzo de los remeros), 1875. 
The Art Institute of Chicago. Colección Potter Palmer.
—No quiero ser inmodesto —dice el españolito que vienes al mundo te salve dios—, pero de no ser por mí...
—De no ser por ti —responde raudo el del corazón partío—, yo hubiera puesto toda la carne en el asador y a estas horas...
En ese instante comenzaron a sonar las doce en el reloj de la Aduana. Ya era otro día.
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sábado, 15 de junio de 2019

Urbs Urbis

Lucio Muñoz: La ciudad inacabada, 1997-1999.
Mural que preside la Asamblea de Madrid.
Veníamos de la ciudad inacabada y caminábamos hacia la ciudad sin límites. La travesía estaba llena de incertidumbres. Nada nuevo. A no ser el Sol, cada vez más bajo.
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viernes, 14 de junio de 2019

Calambrazos

Raoul Dufy: La Fée Electricité (fragmento), 1936. Musée d’Art Modern de la Ville de Paris.
Y no había pomo de puerta, manija de vehículo, pulsador de montacargas, barandal de escalerilla, pivote disuasorio ni barra metálica de batiente en portal de doble o simple hoja que, al asirlo, tocarlo y a veces meramente rozarlo, no le transmitiera, traidor y avieso, una descarga que, indefectiblemente, repercutía sobre su hombro dormido y lo llevaba a agotar, en parvo tiempo y con ceño airado, su completo repertorio de exabruptos y mecagüendieses. «Que lo llamen electricidad estática —pensaba para sus adentros doloridos— añade un plus de burla a la desagradable sensación de estar metiendo los dedos en el enchufe de la cruda realidad».
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jueves, 13 de junio de 2019

Novedades


Siempre es una alegría la llegada a casa de libros que traen consigo el reflejo del trabajo hecho. La casa de los días, de Sagrario Pinto, alcanza su 20ª edición y confirma su condición de pequeño best-seller de poesía infantil. El viaje submarino de Verne, de cuya edición me ocupé hace unos meses para Vicens Vives, lleva unas hermosas ilustraciones de Tha (Auguste Tharrats). La nueva edición (la 7ª) de La Rioja, en la col. Guía Total de Anaya Touring, tiene una hermosa portada. Actualicé hace pocas semanas su contenido con la paciente ayuda de mi hija Clara Ramos Pinto. Seguimos en la brecha.

Responso y romance

San Antonio de Padua, cuya festividad se celebra hoy 13 de junio.
Fragmento de azulejo de Talavera (siglo XVII) procedente del antiguo convento
de San Francisco el Nuevo. Imagen tomada del muro de 
César Pacheco.
1
Si buscas milagros, mira... Desde el cuarto del agua y por los alrededores de la cocina se extendía por toda la casa, como una cantinela amable y fervorosa, y más antigua que los ejes del mundo, la reiteración de prodigios y maravillas que le daban a las horas el brillo mágico de una leyenda dorada y en el fondo también triste: ... miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos... el mar sosiega su ira...

2
Qué distinta la música, el color y el encanto —pues eso era: un encantamiento— del romance de los pajarillos, tan juguetón y alegre. Tal vez el “suceso artístico” más optimista de nuestra infancia y la primera lección de que las palabras realmente podían volar:

Salgan cigüeñas con orden,
águilas, grullas y garzas,
gavilanes, avutardas,
lechuzas, mochuelos, grajas.
Salgan las urracas,
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices...

Y en alguna versión escuchada más tarde, la gran incógnita: ¿qué aspecto tendrían las cojugadas?

...

(Para todos los Antonios que hay en mi vida, de aquí y del más allá)