El escritor y editor Julián Rodríguez,
fotografiado por Bernardo Pérez.
(Lecturas en voz alta). ¿Se puede sentir nostalgia de lo no vivido? Sensu stricto, probablemente no. Tal vez por una razón parecida al fundamento del viejo empirismo: no puede haber nada en el corazón que no haya pasado antes por los sentidos. Pero no encuentro mejor modo de explicar las sensaciones y la emoción que me producen las diversas notas necrológicas (más de una docena) que he leído del escritor, editor y activista múltiple Julián Rodríguez, que falleció de forma súbita y a edad manifiestamente impropia el otro día. No tuve la suerte de conocerlo, aunque sí me crucé alguna vez con él. Al hilo de lo que cuentan sus amigos y colegas, no tener ya la posibilidad de tratarlo me produce una extraña y pegajosa tristeza. Una nostalgia del futuro imposible realmente insidiosa. Quizás algo se pueda remediar siguiendo sus huellas: leyéndolo, indagando. Que la tierra le sea leve
No hay comentarios:
Publicar un comentario