Francisco Pradilla: La rendición de Granada, 1882. Palacio del Senado, Madrid.
(Lecturas en voz alta). Es frecuente que cada uno arrime el ascua a su sardina (y más en tiempos de Carnaval) y los mismos argumentos van y vienen y se utilizan a conveniencia. Es lo que está pasando estos días en la prensa con los comentarios sobre el último libro de Henry Kamen, no en vano titulado La invención de España.Este artículo de El país me parece interesante porque enumera y desbarata con claridad algunos tópicos que suelen ser fuente de numerosas confusiones y demagogias varias. Lo comparto.
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