María Teresa López Mayo (1946-2014). Foto: Santigo Llorente. |
Para mi amiga Maritere,que poco antes de irseaún nos enseñaba el arte de vivir.
Esta canción, querida amiga, tiene
la oscura flor de la tristeza dentro.
Son sus palabras puentes que no cruzan
al otro lado de la espesa niebla.
Pero son puentes. Y, al atravesarlos,
viajeros todos de una misma estela,
surge en la noche de la vida el brillo
de la belleza misericordiosa.
Esta canción, querida amiga, trae
a nuestros corazones el consuelo
de tu recuerdo vivo, la caricia
de unas palabras que, al decirlas, curan
porque ponen de nuevo ante nosotros
el don sin fin de tu delicadeza.
Querida amiga, gracias. Es tan grande
y tan dulce, tan firme, tierna y cierta
la alegría de haberte conocido
que sabemos que no puede morir.
(En el primer aniversario de su fallecimiento, 13 diciembre 2015)
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