(En voz alta). Algo muy raro debe de estar pasando en la noosfera (oséase, el universo pensante) para que una mente como la de Fernando Savater se deslice a recurrir a una especie del “¡y tú más!”, o algo parecido a una pulsión recíproca, como respuesta y reacción frente a sucesos recientes que, aunque puedan tratarse de la obra de «un chusquero pasado de copas», tienen detrás también una historia sangrienta cuya repetición se invoca como deseable. ¿Cómo es posible disculpar, siquiera sea de modo indirecto y por vía comparativa, una “broma” (llamémosla así) en la que se habla de «fusilar a media España» y escribirlo y banalizarlo, como si se pudiera exculpar por la existencia de un terrorismo que —y esto se olvida o se enmascara— siempre ha tenido en la mayor parte del país el rechazo frontal de la inmensa mayoría de la población? Es difícil de entender. Y me parece muy triste.
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