9 ´boludeces` y 1 lágrima para salir de 2020 de una buena vez...
«No me toques el bolo». He aquí un punto ancestral de partida que lo es también de eterno retorno de lo mismo.
¿Qué tienen en común, en principio, una ocurrencia episódica con una exclamación blasfema?
«Me cago en to’ lo que se menea», dijo Parménides.
No hace falta ser Heráclito para saber que no puedes bañarte dos veces en el río de tu infancia. Ya, ni una.
¿Cuál fue la última luz que viste, amigo?
Como mucho te queda de vida una eternidad.
El placer sexual, dijo Freud, no hay otra cosa. Y lo esnifaba.
La belleza es básicamente una estrecha concordancia entre contrarios: la experiencia instantánea de sentir que nada sobra, que no falta nada.
No arremolinen aforismos sin mascarillas.
Y que corra el aire.
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