miércoles, 19 de agosto de 2020

Trikiklos (38)

Tomado de aquí.
Frente a la mugre
de tanto pintamonas
que grafitea
sin ton ni son
por todas partes
y a todas horas
—nueva variante
de la ubicua tontuna
del dejar huellas—
alabo el gusto
(incluido su horror vacui)
del arte urbano
que alegra el ojo,
hace volar la mente
y pone un toque
de fantasía
o de hiperrealismo
a nuestro alcance.
Son una pléyade
de anónimos artistas.
Yo les aplaudo.

martes, 18 de agosto de 2020

El Reino

(Al hilo de los días). Hoy se emite en el canal Ñ El Reino, lo más parecido a un biopic de la Gürtel, con Manoliños, Josemaris, Bárcenas y toa la pesca genovesa, en una singular obra en clave que tiene las llaves a la vista. Era digno de verse cómo, en la premier de la peli, en la Academia de Cine, al lado mismo de Génova 13, el patio de butacas venía a ser una continuación del celuloide, en una ruptura de muros entre la realidad y la ficción como muy pocas veces antes se ha conseguido en la tierra de Cervantes y la Picaresca. El arte sigue manteniendo su viejo poder taumatúrgico, curativo, incluso exorcizante. Basta con que las muy concretas y reales tropelías cometidas por una pandilla de facinerosos se conviertan en “pulpa de ficción” (si se me permite el barbarismo tarantiniano) para que las culpas queden casi lavadas y la memoria de pez del pueblo satisfecha. Disfruten, si aún no lo han hecho, de El Reino. Pocas veces verán uno que sea tan clara y jodidamente de este mundo.

Trikiklos (37)


Me gusta mucho
resolver jeroglíficos:
sus saltos mágicos.
Descifrar símbolos
buscar analogías,
traducir signos.
Hay siempre un algo
que va de un sitio a otro:
¿vuelo poético?
Un buen enigma
es el que está a la vista
bien escondido.
Exige un poco
de imaginación y...
¡mucha paciencia!
El premio es siempre
no darse por vencido
—ni en la derrota.
Los jeroglíficos
son juegos que, a su modo,
burlan la inercia
mental, evitan
los caminos trillados,
ensanchan lógicas.
Pero hoy no encuentro,
ni en prensa ni en las redes,
la vieja escuela.
Aquella impronta
de sencillez genial:
¡Ocón de Oro!

lunes, 17 de agosto de 2020

Vida social

Blame and shame
are the name of game.
Anne Carson
De pronto empieza el mundo a reclamarte
lo que no es tuyo ni nunca has tenido:
la vieja ofuscación, el confundido
secreto del que no eres parte ni arte.
En las íntimas cuevas, que al mirarte
por dentro nunca ves, está escondido
el nombre que tú sabes: su sonido
no puedes escucharlo sin alzarte
del suelo y de la niebla bajo el signo
de un súbito y fulgente sobresalto
que se agota en su propia efervescencia.
Miradas y cabañas. Tu más digno
territorio interior sufre el asalto
de las sombras que incendian tu conciencia.
(Y así, de adentro a afuera, hay un abismo
que se confunde ya contigo mismo).

domingo, 16 de agosto de 2020

A favor de los neuroderechos

(Lecturas en voz alta). No se trata ya sólo de que nos paguen por nuestros datos: queremos que se reconozcan los neuroderechos humanos. ¿Quién lo dice? Rafael Yuste, un científico español, peso pesado del proyecto Brain (fue su director, no sé si lo sigue siendo) y uno de los que mejor conoce los secretos —cada vez menos, pero aún inmensos— del funcionamiento del cerebro.

La neurotecnología ya está aquí: protejamos nuestros pensamientos.

Por cayetanas

 

(En voz alta). Buena parte de las columnas de opinión en la prensa de hoy torean, por así decir, "por cayetanas”, un tipo de escritura de largos pases y poco quiebros, sólo los necesarios para que el diestro se haga reconocible en el centro del medio donde oficia y deje claro, de una vez por todas, que en lo tocante al tema candente él toca pelo: vamos, que tiene razón. De los varios análisis leídos sobre la figura de la semana («Es o era del PP y se llama Cayetana», podríamos decir en singular homenaje a una de las crónicas legendarias de la tauromaquia), destacan sobremanera dos. Uno, el del Nobel Mario Vargas Llosa, en El País, ofrece un recorrido en verdad estimulante: a través de una prosa limpia y bien ceñida, con vuelo y gracia, se pone al servicio de un perfil hagiográfico no exento de subrayados verosímiles, pero todo él impregnado de un tufo turiferario y militante que no extraña pero tampoco convence —imagino— más que a los que ya. Y el otro, en El Mundo, es el indómito Arcadi Espada que, con la soltura e impiedad que le caracterizan, se aplica en pasarles cuenta a los colegas que, tras la caída de la hasta ahora portavoz conservadora, han exhibido los muñones restrictivos de la falta de empatía como excusa de su fracaso, el de ella, mientras que los jaleantes tenían “razones objetivas” para su encumbramiento. El envite de Espada gana mucho cuando en él comparece, bien traído, Ferlosio, del que cita por extenso la parábola, o más bien comparanza, de los dos viajeros disímiles que acceden al tren. Tampoco está mal, como cierre, la cita al bies de la luminosa copla de Lole y Manuel: «De lo que pasa en er mundo / por Dios que no entiendo na: / el cardo siempre gritando / y la flor siempre callá». Busquen y lean. Merece la pena.

Trikiklos (36)

 


¿De qué memoria
emerge, con las aguas,
tan grande estruendo?
La Habana, el puerto,
el Maine por los aires:
guerra de Cuba.
Viejas lecturas,
lecciones repetidas,
una y mil voces.
Y, entre ellas, nombres
—Adolfo Campos Ramos—
que no se olvidan.
La tarde anima
un rincón de la historia
y se marchita.
La horas solas
son sólo la medida
de la memoria.

La agonía del Mar Menor y otros desastres

Peces muertos en la orilla del Mar Menor. Foto EA
(Al filo de los días). Largo e interesante artículo de Antonio Campillo sobre el lamentable estado del Mar Menor y las iniciativas, casi desesperadas, para intentar salvarlo, incluida la propuesta ideada por el Ayuntamiento de Los Alcázares para declarar a la gran laguna salada sujeto de derechos y, en consecuencia, poder proceder sin burocracias ni falsas promesas siempre incumplidas contra quienes lo agredan. Un planteamiento que también podría extenderse y ser útil para otros ecosistemas y “sujetos naturales” salvajemente castigados, y de forma muy especial para el río Tajo cuyo expolio y maltrato continuado son también un clamor incesante ante la cada vez más calamitosa situación de nuestro gran río, convertido casi en una ciénaga inmunda en muchos puntos de su trayecto.

Curiosamente, tanto la errónea política del trasvase Tajo-Segura como las principales causas de la contaminación del Mar Menor están indirectamente ligadas y, aunque suscitan opiniones diversas, merced a la miopía del que ve sólo sus intereses particulares, ambas son consecuencia directa de un mismo mal: no es posible seguir tratando a la naturaleza de modo tan inhumano ni podemos seguir fundando nuestra economía en la sobrexplotación permanente de los recursos ni en prácticas que, como se está viendo de forma palmaria, acaban teniendo consecuencias cada vez más graves e ingobernables sobre nuestra salud. Ya no hay más excusas ni más tiempo. Los derechos de la naturaleza son también nuestros derechos. No hay otra forma de superar la actual pesadilla.

Ciudadano Boadella

Albert Boadella fotografiado por Tere García.

(Al filo de los días). Es interesante esta entrevista con Albert Boadella en Vozpopuli, a la que llego por aviso de mi amigo Felipe Pallete. Antes que nada: tirones fuertes de orejas a los correctores (supongo que ausentes) del periódico: cuento al menos media docena de errores sintácticos, no sé si todos erratas, muy llamativos. Nadie está libre, ya sabemos, pero en un medio que se pretenda profesional es por completo inaceptable. De la edición sin editores se ha pasado al periodismo sin periodistas. Una desgracia.
De Boadella podríamos hablar largo y tendido. He escrito a menudo sobre su teatro —en mis años mozos practiqué la crítica teatral— y alguna vez también sobre su trayectoria personal: sus Memorias de un bufón, que leí con gusto, lo retratan bien. Es un ciudadano genial (lo digo sin matices ni retranca) cuya larga carrera, desde los heroicos días de La torna, me parece tan interesante como propia de un algo caprichoso funambulista. Un papel acorde con las singulares dotes histriónicas y la imaginación creadora del que probablemente haya sido el dramaturgo más dotado del país, provisto de un savoir faire escénico al alcance de muy pocos. Nadie (o casi) ha criticado nunca a ningún poder entre nosotros con la contundencia con que él satirizó la Catalunya pujolesca e incluso toda la tontería “necionalista” catalana. La invención del reino de Tabarnia, por otro lado, es uno de los grandes hallazgos del último lustro y quizás lo más provechoso que ha producido el procés.
Lo que aquí dice sobre Pujol y el Rey parece muy razonable, diferencias incluidas. Y tiene razón en señalar que son escándalos conectados, algo que por otro lado ya sabemos desde finales del pasado siglo, cuando surgió todo aquello del clan catalán de De la Rosa y el papel de Colón de Carvajal, etc. Es sorprendente comprobar cómo va haciendo estragos, y cada vez más, el efecto “memoria de pez”.
Ahora bien: Boadella también debería mirarse en su propio espejo y ver qué ribetes “ultranecionalistas”, o simplemente cínicos, adornan a algunos de sus compañeros de viaje o a políticos que él defiende, como esa infumable histérica que es, en mi opinión, Cayetana Álvarez de las Marimbas del Río de la Plata... Por lo demás, larga vida al bufón. Necesitamos cronistas capaces de dar cuenta de las inmensas pompas fúnebres que se nos vienen encima. Y en eso el ejercicio libertario del que Boadella ha hecho gala a menudo es todo un ejemplo, sobre todo cuando no ha arrendando su genio a “la pela” segura y a vacuas esperanzas.

sábado, 15 de agosto de 2020

Trikiklos (35)

El Bayern de Múnich elimina de la Champion al Barcelona 

infligiéndole una derrota histórica.


«No hay triciclos
de 8 ruedas», decías.
Según y cómo.
Para aguantarlos,
a algunos se les ponen
sus 2 ruedines.
Ni así se puede
sobrellevar la carga.
¡La tunda histórica!
Fútbol es fútbol.
«Peor es la Pandemia»,
dice un culé.
(El vídeo es
tan sólo una obra de
Misericordia:
un lenitivo
y el recuerdo ¿imborrable?


viernes, 14 de agosto de 2020

Trikiklos (34)

 


Gozne de agosto:
en medio del silencio
la luz chirría.
Era verano
y Simon y Garfunkel,
sus sounds of silence,
estremecían
una vena sensible
de nuestras almas:
tal vez un salto
hacia nuevas fronteras
de un cristianismo
de fondo: leche
en la que casi todos
amamantados
fuimos: incluso
algunas de estas piezas
las musitábamos
en las iglesias,
entre acordes monótonos
de una guitarra.
Era verano:
la vida parecía
interminable.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Trikiklos (33)

 

Trini López en 2002. Foto: Cheryl Díaz Meyer/AP.

Su nombre ya
no dice nada a nadie
alrededor.
Pero aún se enciende
una lejana luz
al leer la nota:*
«A los 83,
ha muerto Trini López».
Descanse en paz.
(*Fue en el muro
de Miguel Cobo Rosa.
Quede constancia).


martes, 11 de agosto de 2020

Rosalía a lo Lynch

 

(En voz alta). El arte de Rosalía, envolvente, seductor, pleno. En este caso, con James Blake. Y con unas imágenes que bien podrían haber sido filmadas por David Lynch. «Fuego camina conmigo». Con Rosalía, siempre.

lunes, 10 de agosto de 2020

Trikiklos (32)


«Porque no mundo
mengóu a verdade» y
todo se olvida,
ahora me acuerdo
de los sonidos dulces
de una cantiga.
Regresa un nombre:
Xosé Quintas-Canella
e compañeiros:
el tiempo arrastra
—ondas del mar de Laxe—
hilos de sueños.
Y la dulzura
prendida de una lengua
de lluvia y música.
Como agua clara
del cielo de la boca
recién brotada.
Vuelve el recuerdo:
la noche del verano
gira en su centro.


domingo, 9 de agosto de 2020

King Chiripa

Dibujo: Juan Colambato/ElPaís

(Al filo de los días). Este artículo del historiador Álvarez Junco sobre el rey Juan Carlos I de España, actual Emérito Trasladado a NoSeSabeDónde, me parece una exposición sencilla, precisa y ecuánime de lo realmente ocurrido durante el reinado del penúltimo de los borbones españoles, incluido el esperpéntico, triste y quién sabe si delictivo final. Juan Carlos I bien podría pasar a la historia, además de como el Rey Campechano y Bribón (sobrenombres con los que él mismo se ha dejado asociar), como el Monarca de la Chiripa: a la vista de cómo va rematándose la historia y examinadas las declaraciones propias que el personaje ha hecho sobre casi cualquier cosa, se impone la sospecha de que todo lo mejor de su reinado ha sido un afortunado “encaje de bolillos” en el que, junto la destreza de una gran número de personas en puestos clave (incluida a veces, sobre todo tras el 23F, su propia presencia) y merced a la paciencia o indiferencia general del común, ha tenido un peso muy destacado ese raro factor que es el azar favorable al que otros llaman suerte. Quizás la herencia de Franco, además del embolado de una dictadura criminal hasta casi el último estertor de su principal baluarte, fuera aquella proverbial baraka que al parecer rodeaba al pequeño general y cruel dictador, desde sus tiempos norteafricanos, y que también pareció proteger, quién sabe si por afinidades arábigopecuniarias, al que alguien, no precisamente con dotes de profeta, bautizó como El Breve. Probablemente aún veremos sobre este asunto cosas que van a resultarnos, si no indescriptibles, sí difíciles de narrar. Y no faltarán —me temo— vueltas de tuerca incluso inverosímiles, hasta que llegue el día, más próximo que lejano, de decidir qué se hace con los restos de un reinado e incluso con los de su protagonista. Habrá que ver.

viernes, 7 de agosto de 2020

Trikiklos (31)

 


Vuelve a cantarme
su canción preferida
HAL 9000.
Y entre sus notas
oigo voces de niños
aún no nacidos.
También el grito
desde su abismo insomne
de Franknetstein.
Ah, el alma humana,
cuántas reencarnaciones
y un cuerpo solo.

A propósito del 2001 de Kubrick y las apasionadas polémicas que aún suscita.

Caballos en la arena

«Sueños de arena» ©️ by Javier Serrano, 2020.

En uno de los dos o tres veranos más o menos jipis de mi juventud me fui con mi novia de entonces en autoestop a Ibiza. Hacer dedo era una forma habitual de viajar, y lo que hicimos fue salir una tarde (ya bien tarde) de la calle Zurita de Madrid, mochilas y sacos de dormir a la espalda, y tras coger el metro, enfilamos la carretera de Valencia rumbo a la costa.
Recuerdo que la primera noche dormimos en los pórticos de las escuelas de Motilla del Palancar, por recomendación de alguien. Y al día siguiente, a eso de las tres de la tarde, estábamos en el puerto de El Saler para tomar, hacia la medianoche, el barco de la compañía Transmediterránea que en unas ocho horas nos llevaría a nuestro destino. Hicimos la travesía en las muy económicas sillas-toldillas y, con los cuerpos molidos pero animados por el amor a la aventura, al amor mismo y en pos de las promesas ibicencas, llegamos a la entonces mítica isla muy de mañana.
Teníamos el contacto de unos conocidos, pero por motivos que no recuerdo bien no logramos dar con ellos y, tras pasar el día vagabundeando por la ciudad alta y las callejuelas cercanas al castillo, decidimos quedarnos a dormir en la playa, cerca de la instalaciones de un lujoso hotel cuya piscina y duchas utilizaríamos, sin grandes contratiempos y con gran frescura, a la mañana siguiente para nuestras abluciones.
Aquel fue un verano de cierto atrevimiento, incluso de locuras, aunque casi siempre bajo control, y durante él ocurrieron sucesos que ahora ni yo mismo me creería, de modo que será mejor pasarlos por alto y dejarlo todo fijado en una imagen: la del amanecer dentro de un saco de dormir doble junto al mar, con la cara cubierta de arena, los ojos borrosos, y el asombro compartido de ver galopando por la playa, hacia la salida del sol, dos magníficos caballos con sus respectivos jinetes, tal vez también una pareja, que al alejarse levantaban al paso de las olas un vuelo de espuma, mientras sus siluetas, altas, ágiles, fantásticas, se recortaban con gran nitidez sobre la bruma del fondo. Pocas veces he tenido un despertar más impactante..., seguido de un no menos poderoso sobresalto: por la bien visible trayectoria de las huellas de los animales, no tardamos en advertir que sus patas habían pasado a menos de un metro de nuestras cabezas y que el amanecer podría haber sido un tanto, digamos, traumático.
¡Cabecitas locas! Debía de correr el año de gracia de 1976 o 1977. Nunca he podido precisar de qué playa se trataba. Probable es que fuera la de Figueretas o D’en Bossa. Aunque la lógica del relato apunte claramente hacia Es Cavallets.
(Las Caminatas, XV - 2ª edición)



jueves, 6 de agosto de 2020

Trikiklos (30)

 


Le dicen “cambio
climático”, pero es
La verdadera
peste, la gran Pandemia,
el mal concreto.
Pero es más trágico
que nadie se lo crea
y nada cambie.
Como un suicidio
de la especie: una trampa
irreversible.
En la conciencia
de los seres humanos,
sólo el vacío.
Ojalá fuera
posible otra salida,
oh inteligencia.

miércoles, 5 de agosto de 2020

Trikikos (29)

 


Sólo hay un nombre
más grande que el recuerdo:
Marilyn Monroe.
Ya en aquel tiempo
«se besaba, infinita,
en los espejos».
Amor insomne,
lujuria de los días
y de las noches.
La soledad:
el sueño irremediable
del nembutal.
Y la sorpresa
de que no muere nunca
tanta belleza.
(Marilyn Monroe 1926-1962, 5 agosto)

martes, 4 de agosto de 2020

Bajo el sol de agosto

Eleazar Blandón en el campo donde trabajaba

(Al filo de los días). La atención general del día está en otra parte, pero los en verdad reales problemas de supervivencia para muchos seres humanos continúan sin tregua y a menudo están muy cerca del lugar por donde andamos. Cualquiera que estos días haya salido a la calle a primeras horas de la tarde en cualquier población de la Región de Murcia (entre otros territorios) advertirá bien la enorme crueldad que implican los hechos narrados —y denunciados— en este reportaje: una perpetuación de la esclavitud con todos los agravantes y una verdadera lacra humana. Y luego dirán que la fruta es cara (además).

El rey exmérito

Juan Carlos I. Foto tomada de Everipedia.

(Al filo de los días). Ascenso y caída del cazador cazado. ¿Dónde vas, Juan Carlos Primo, dónde vas triste de ti? Parecería que una respuesta pertinente a la copla popular borbónica, que hoy vuelve a cambiar su letra, fuera una rima fácil: «Majestad, ¿dónde vais?». «¡A Cascais!». Y también cabría hablar, por obvias alusiones, de un cementerio de elefantes. O alguna otra salida. Pero no. Como decía Gil de Biedma en nunca suficientemente elogiada sextina, «De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España / porque termina mal». Y el presagio o diagnóstico sirve, y de qué modo, para este episodio vergonzoso, una vez más, de la saga de los Borbones: como si de un infame culebrón se tratase, la farsa real concluye de momento con el episodio de la fuga caribeña del Emérito, un giro de la historia que casi parece una venganza contra el que viene detrás. Es difícil pensar en una salida más chabacana. Y lo que venga.

Entre la cascada de opiniones sobre el asunto, y a falta acaso de lo que hubiera sido la síntesis de El Roto, me parece lo más oportuno recuperar este artículo de Jesús Mosterín, que fue en su día, si no la primera, sí una de las más contundentes denuncias de las bárbaras aficiones del entonces Rey vigente, de su torpeza moral y la grave sintomatología aneja, hecha además con la suficiente claridad y capacidad de raciocinio como para que el monarca, o sus asesores, hubieran tomado nota para corregir el rumbo y deriva de una nave que, como se ha visto, iba directa al despeñadero.
Como decía el lúcido profesor, «la noticia de que el Rey de España había ido hasta Rusia en avión especial a matar a un oso drogado enseguida ha dado la vuelta al mundo. La Casa Real se ha limitado a poner en duda que el oso estuviera drogado, que es lo de menos. Estas cacerías de animales protegidos o en peligro no incrementan precisamente el prestigio del Monarca y seguro que en su misma familia gozan de limitada aceptación. Alguien debería aconsejar al Rey, por su propio bien, que de una vez por todas aparte el dedo del gatillo». Pero no se hizo. Antes bien, hubo otros episodios muy vergonzosos, el último de los cuales —que sepamos— fue la inmunda cacería de elefantes saldada con el accidente que, a la postre, supuso el principio del fin del encubrimiento insoportable de una conducta del todo impropia y trufada, como se ha ido viendo y la justicia dirimirá, de numerosos episodios oscuros y presuntamente delictivos. Lástima que la sangre de Mitrofán corriera en vano.

Adiós a Julio Diamante


Julio Diamante en Córdoba, en 2004. Foto F. J. Vargas /El país.

Un recuerdo para Julio Diamante, de cuya muerte acabo de enterarme. La otra noche disfrutaba con Los que no fuimos a la guerra. Descanse en paz.

lunes, 3 de agosto de 2020

Trikiklos (28)



La vida, el juego,
la inteligencia a veces
y el ser mamífero.
La vida, el cine
la intersección de planos
y el ser mamífero.
L’amour, la mort,
la langue des oiseaux
et le mépris.
El cielo, el mar,
las islas del verano
y la memoria.
O sono, os soños,
o cheirume da herba,
os días de malla.
El tiempo suena:
sus monedas de agua
compran mi vida.
La vista, el cisne,
un buen amor, los libros...
y el ser mamífero.

La Sextimana

 


(Sextina elemental festivamente
acróstica para vadear el mes de Agosto)
Desde el cerro engañoso de los lunes
Oteo el panorama y veo al martes,
Menos preciso aún, rendirse al miércoles,
Indiferente y leve, porque el jueves
Niega en vano ponerle freno al viernes,
Gran eje del reloj que muere en sábado.
O será que los días que son sábado
Distinguen sus oficios por los lunes
Ominosos y esperan de los viernes
Menos premura y que también los jueves
Inclinen su querencia hacia los martes,
No vayan a fundirse con los miércoles.
Graciosos como pocos son los miércoles,
Ocurrentes y raudos porque el sábado
Despoja de sus galas a los jueves
O les niega la suerte de los lunes
Manumitidos en los días martes,
Incluso cuando el trece cae en viernes.
No es posible olvidarse de los viernes
Grandiosos de una vida cuando el miércoles,
Oasis temporal, busca su sábado
Detrás de la indecencia de los martes
Obstinados en dar muerte a los lunes,
Mientras sueñan que se despiertan jueves.
Incierto el aguacero que en los jueves
No recuerda su nombre y va hacia el viernes
Goteando pisadas tan de lunes
O acaso, previsible como miércoles
De ritmo renqueante, o como un sábado
Oculto en el mortal rito del martes.
Muerte por agua es propio de los martes,
Impertérrito día que hasta el jueves
Niega ser lo que es y espera el sábado
Glorioso de su vida, cuando un viernes,
O una sombra crecida desde el miércoles,
Difumina su aurora y vuelve al lunes.
Oscuro avanza el lunes hacia el martes
Mientras vacila el miércoles, y el jueves,
INGObernable en viernes, muere en sábado.