miércoles, 25 de diciembre de 2024

Caja De Citas: Supertramp en kayak

(CajaDeCitas, 29). No creo que haya mejor embarcación para emprender estos días una travesía gratificante que el KAYAK. Esta especie de piragua (¿paragua?), ágil y esbelta, capaz de moverse entre las corrientes o los cursos calmados con la agilidad de un tiburón y la elegancia de un delfín, tiene a su favor, además, la condición reversible de su nombre: se diría que en ella es posible transformar la proa en popa y viceversa. Tal vez por eso esta especie de «ropa para andar en el agua» —ese sería, al parecer, el significado literal del nombre inuit KAyAK— se acomoda muy bien a nuestra propia condición humana (o sea “esquimal”) y a los designios inescrutables de nuestra vida que lo mismo nos exigen afrontar un día luminoso que encarar, y a ser posible sin torcer el gesto, algunas turbulencias inesperadas, o cruzar una zona de densa niebla en la travesía. Si en ese recorrido, por añadidura, recurrimos a la memoria sensorial que nos late muy dentro y desde muy atrás —si es que el tiempo es algo más o distinto que una figuración del antes y el después—, de forma inevitable caeremos de nuevo en esa misma trampa que nos lleva tentando casi toda la vida, oh experiencia interior, cuando en esos momentos de quietud e intensidad sobreviene la hermosa locura abierta, la vieja y renovada melodía que nos abre vías sensoriales tan excitantes como finalmente reveladoras y acaso sublimes. Que no deje de sonar la música. Dentro. Más adentro.



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