A VECES EN el bloc de notas de su teléfono veía textos que parecían salidos de la voz de otros. ¿Se estaría plagiando a sí mismo sin saberlo? ¿Estaría plagiando a otro sin ser consciente? Uno apunta y apunta y apunta… Aquí lo dejo. Con la prueba al canto (por si las moscas).
Última luz
y su brillo aún perdura en mis pupilas.
Mis ojos tristes que ahora ya se cierran
y solo miran hacia dentro.
No hay estrellas y el libro se oscurece.
La vieja caridad de los amigos
es una risa cruel de indiferencia.
La risa que ya nada significa.
No hay estrellas y el libro se oscurece.
Hielo azul en el cielo salvaje,
un rebaño de nubes sin destino.
Y la simple sospecha de que todo
se fundirá en el gris de una esperanza
sin estrellas, como un libro clausurado.
(LUN, 485 ~ «De la vida misma»)
No hay comentarios:
Publicar un comentario