Hombre y muñeca en el baño. Foto Behrouz Mehri, AFP/El País.
(Lecturas en voz alta). Leyendo a Millás, rara es la ocasión en que no siento un resistible deseo de compartir sus columnas. Pero se queda en deseo. Hay días, sin embargo, como el de hoy en que la pieza exige comunicación. Diría que de gozo (artístico, sin duda), aunque las escenas de Millás muy a menudo duelen. No se la pierdan. Dudo mucho que hoy se les vaya a cruzar algo con más valor.
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