jueves, 2 de enero de 2020

Hablarle a Borges (y 30)

La imagen puede contener: una persona
Borges y el resplandor de las palabras.
Foto de Alicia D’Amicio.
(Hablarle a Borges, 98). Dicen que Borges dijo o escribió: «Uno de los modos del poeta es emplear palabras usuales y convertirlas de alguna manera en inusuales: extraer magia de ellas. Las palabras fueron mágicas en un principio y son devueltas a la magia por la poesía». Y, casi a renglón seguido, se me ocurre: «De hecho, esa es LA tarea, lo que incluso podríamos denominar “la misión”. También lo dijo Isidore Ducasse (“ele mesmo”) de forma nítida: “Un poeta debe ser más útil que cualquier ciudadano de su tribu. Su misión es difícil”. Borges, en su modo seleccionado y con su modo habitual, enuncia y ejemplifica el desarrollo práctico de esa función».


La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie, calzado y exterior
Borges y María Kodama, en Alcalá de Henares (Madrid), 1980.
Foto © Antonio Suárez.

(Hablarle a Borges, 99). Dicen que Borges dijo o escribió: «No nos une el amor sino el espanto. / Será por eso que la quiero tanto». Y pensando en el posible sentido de la presunta paradoja, se me viene: «Y, en medio del espanto, es el amor / el puerto que nos salva del terror».


(Hablarle a Borges, y 100). Dicen que Borges dijo o escribió: «Ahora me resigno a ser quien soy y, en suma, no sé si he llegado a la felicidad, pero he llegado, a veces, a cierta serenidad, y eso ya es mucho». Ante lo cual y como despedida —al menos momentánea— de estas citas de los jueves, sólo se me ocurre decir: «Aquí paz, y después Borges».
Y a la viceversa, como se verá: «Aquí Borges; después Paz».

La imagen puede contener: 2 personas

Con Borges en efigie. Durante el Fitur de hace más o menos un lustro. 
Foto: SPM.

No hay comentarios: