Antonio Banderas y María Casado con Mariano Barroso, en la presentación de los Goya 2021. |
La 35ª edición de los Premios Goya, que se simulará el próximo 6 de marzo, en una gala más o menos virtual presentada por María Casado y Antonio Banderas, será sin duda la más rara de la historia. Al menos hasta ahora. De hecho, el que suscribe, amante del cine español desde su más tierna infancia, a punto está (estoy) de dar por cerrado el ciclo de estas celebraciones, en consonancia con la condición de espectador póstumo que reclamo para el viejo cinéfilo que llevo dentro y cuyo último «acto de servicio», por así decir (y como ya he contado en este mismo y otros sitios), se produjo el viernes 15 de noviembre de 2019, con ocasión del estreno en la sala 2 de los Cines Verdi de Madrid de El irlandés, ese gran homenaje de Martin Scorsese a su pandilla de amigos y al cine como relato épico y divertido de los acaeceres vitales. He vuelto varias veces después a las salas, también en tiempos pandémicos y volveré a hacerlo tan pronto como sea posible, pero es mejor (me digo) tener la cautela, e incluso el coraje, de dar por terminado lo que ya ha llegado a su fin. No me pararé ahora a contarlo, pero tengo para mí que el cine, lo que hasta ahora hemos llamado así, ha muerto. Y punto.
Pero algunos ritos permanecen. Y este de apostar a la ruleta de los Goya en la Posada es más que nada eso: una costumbre a la que, si no exactamente placentero, sí sigue siendo consolador serle fiel. Generalmente, además, esta cita servía para curar en pequeña escala mi frustrada vocación de crítico cinematográfico articulando, de modo somero y divertido, las opiniones sobre los filmes españoles vistos a lo largo de la temporada, que solían ser un buen número, generalmente todos los que que optaban a los grandes premios. Una premisa que este año estará muy lejos de cumplirse. Aunque también es verdad que la presencia cada vez más abundante y veloz de los filmes en las otras pantallas algo remedia. Pues, como dice el tópico, a falta de pan...
Y sin más, al lío: he aquí mi quiniela para los GOYA XXXV.
☻ Goya de honor: Ángela Molina.
Ángela Molina, un muy merecido Goya de honor. |
Las actrices de Las niñas: aire fresco. |
Icíar Bollaín y Candela Peña, mano a mano. |
Mejor dirección novel: ☻Pilar Palomero, por Las niñas. Creo que este es uno de los premios más seguros. Y no sería extraño que consiguiera el doblete. De no lograrlo, esta categoría parece la indiscutible.
Verónica Echegui en los premios Feroz. |
Mejor dirección de fotografía: Ángel Amorós por Black Beach.
☻ Mejor montaje: Sergio Jiménez por El año del descubrimiento.
☻ Mejor maquillaje y peluquería: Milu Cabrer y Benjamín Pérez, por Explota, explota; menciòn para Beatushka Wojtowicz y Ricardo Molina por Akelarre.
☻ Mejor película de animación: La gallina Turuleca. (Un premio ya cacareado... ¡es la única obra que opta a ganarlo!)
☻ Mejor película documental: El año del descubrimiento.
Mejor película europea: Falling, de Viggo Mortensen. Opciones para El padre, de Florian Zeller.
Mejor corto de ficción: Lo efímero, de Jorge Muriel.