domingo, 21 de febrero de 2021

De serenos, bares y concursos


Los serenos, toda una institución. Decía una amiga que su desaparición marca un ante y un después en la historia urbana. Tal vez no exagere. Creo que de aquellos personajes de oficios callejeros que tanta presencia tenían en nuestras vidas ya sólo sobrevive —y muy transformado— el afilador. Por otra parte, ¿hay alguna ciudad en España que no tenga un bar llamado El Brillante? Seguro, pero parecería que no. Da incluso para una de aquellas propuestas de un juego al que por mi barrio talaverano llamábamos “Dólar” (por variación de “Dola” supongo) y que consistía en saltar sobre un compañero agachado (“el burro”) mientras se cumplía el requisito pedido por “la madre”: «Nombre de bares. Con cadena». Esta última expresión significaba que no valía pararse a pensarlo. Por cierto, caigo ahora en que ese era el mismo juego que recuperó Chicho Ibáñez Serrador para el primer apartado del Un, dos, tres... Juguemos: a bote pronto, ¿cuál es vuestro nombre favorito de bar? Vale el primero que se os venga a la cabeza. Ahí va el mío: La Playa.

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