(En voz alta). Como siempre que estoy en el Mar Menor, me acerco a La Verdad, en papel impreso, siguiendo aquel consejo que una vez me dio Manuel Martín Ferrand (y el sentido común) de que había que tomarle el pulso a la actualidad de cada sitio a través de los periódicos locales. La Verdad es toda una institución, uno de los grandes baluartes de lo que antes se llamaba «la prensa de provincias». Hoy me ha sorprendido y alegrado esta página dedicada al libro Adiós, Toledo, de nuestro querido y admirado Hilario Barrero, a quien siempre es una gozada leer y ver (a él y a sus magníficas fotos) por estas esquinas enredadas. Un eco muy merecido. Vendrán más.
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