Pedro Alejandrino Irureta y Artola: Un mendigo, 1881. Museo del Prado, Madrid. |
Al mendigo, ateo recalcitrante, le molestaba mucho que lo llamaran así: pordiosero. «Yo soy Mendigo a secas», dicen que se lo oía decir en su puesto de la calle. Y que lo decía tan en primera persona que se le notaba la mayúscula.
(LUN, 561)
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