Me manda Nostra un guasap asociado a, como él dice, “mi perfil apalabrado”. Bien veréis lo que me cuenta. «A ver, bandarra, ¿cual dirías que es la palabra más larga del español, hein? Y no me digas que es la de la canción aquella que los de tu generación y aledaños lleváis como tatuada a fuego en las meninges o por ahí. Porque lo del “supercalifragilísticoespialidoso”, aparte de que está muy traído por los pelos, no computa para la RAE. Así que te diré que en el diccionario actual aceptado por la Docta Casa parece que las 23 letras de “electroencefalografista” se llevan el gato al agua. Aunque pesquisando por acá y acullá he visto que hay una propuesta seria para que se tome en consideración la candidatura de —fíjate— “hipopotomonstrosesquipedaliofobia”. Que son nada menos que 33 caracteres, con un montón de étimos y reminiscencias. A ver si prospera la iniciativa. Te estarás preguntando qué diablos significa, ¡que te conozco! Pues se da la circunstancia de que, según su ideador, cuyo nombre he extraviado, el término viene a designar ni más ni menos que la actitud, quizás con un poco de acritud, de aquel que muestra un poderoso miedo a las palabras largas. Y así todo casa e incluso queda en casa. Digo yo».
No hay comentarios:
Publicar un comentario