«Y si hoy, ya 22, se nos queda mirando la mujer de Lot...», leyó en la pantalla del móvil y sintió un sobresalto. Allí estaba, bien claro, a la vista de todos, el número del gordo de la lotería de Navidad. Faltaban sólo 2 minutos para que fueran las 6:59 de la madrugada, y nada más, de modo que no había ni trampa ni cartón. «Linea comprobada. Seguimos para bingo», la voz la sacó del ensimismamiento. Si se daba prisa, aún llegaría a tiempo. «Cómpreme usted, señorito», le dijo la otra. Pensó responderle: «Lo haría de buena gana, pero tendría que afeitarse». Sin en cambio nada dijo. Ni repuso. Ignoraba cómo ordenar el caos. Pero quién sabe...
(Lecturas en voz alta). Debajo del batiburrillo histérico del día en curso deberían oírse —y escucharse— estas palabras tan inspiradas como certeras de Manuel Vicent:https://elpais.com/elpais/2019/12/20/opinion/1576851976_853813.html?fbclid=IwAR0AiRIv1iaFAImjfEktT4B00uMY8WfR62iRn5Dro-eE2RdtnBvi0xk1kUI
2 comentarios:
(Ecos) Como cada año, la lotería dejó a su paso una lluvia de tópicos. Incluido este.
(Lecturas en voz alta). Debajo del batiburrillo histérico del día en curso deberían oírse —y escucharse— estas palabras tan inspiradas como certeras de Manuel Vicent:https://elpais.com/elpais/2019/12/20/opinion/1576851976_853813.html?fbclid=IwAR0AiRIv1iaFAImjfEktT4B00uMY8WfR62iRn5Dro-eE2RdtnBvi0xk1kUI
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