(Visiones en voz alta). Hay a menudo y por lo menudo en la danza flamenca gestos, giros y posturas de mucho carácter (no sé si “hondura” es aquí palabra apropiada). Unen al descaro y al nervio, ciertos movimientos muy antiguos y a la vez rabiosamente intemporales, en ademanes, contracciones, estampías, retracciones y desplantes que parecen provenir de una gestualidad a contratiempo y algo atormentada (fatal), como si el cuerpo luchara por recuperar la memoria de otros momentos de la especie. Y en todo ello se muestra un enorme poder de sugestión. Agradezco a mi amigo Juan Herrera esta y otras pistas de un arte inacabable.
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