viernes, 27 de julio de 2018

La vía italiana

Tejados de Urbino, desde el Palacio Ducal. (c) AJR, 2018
(Lecturas en voz alta). Andando por tierras italianas, por ejemplo en el triángulo que se enmarca entre Bolonia, Rávena y Urbino-Pésaro, con centro obligado en Forlí, uno tiene la impresión a cada poco de que hay tanta historia escondida en el arte tan abundante y visible por doquier, que no nos cansaríamos nunca de caminar con los ojos abiertos y en la cabeza una permanente ensoñación. Todo hasta que la cruda realidad, la inmediata y la mediata, se pone en su sitio y exige atender a cuestiones no ya prosaicas, rudas sin más. En ese vórtice, historias como las que cuenta este reportaje, además de suministrarnos argumentos placenteros y útiles (hoy mismo se verá), subrayan la maravilla del vivir legendario que tenemos siempre al alcance de la mano, frente a toda inclemencia.

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