viernes, 17 de enero de 2025

Los fríos de diciembre


No sabemos Bien Qué,
—pero insistimos:
algo muy pertinente y acaso imprescindible,
siempre a su modo de venir a verbos (vernos)
cuando menos se espera, en esa
fijación de la sangre que resiste
bajo la retahíla lenta de los duelos del sueño
y de los dueños del eslabón que gira (el resbalón)
y para no dejar que nos cruja en su estúpida
Red de Señuelos, colmo en la vertiente
por donde siempre nace —así en la vida
como en los frescos de algunas pesadillas—
la liana indómita que frondosa brota
de la costumbre azul de respirar.
No sabemos Bien Qué
pero insistimos
en conjurar los fríos de diciembre.
(La Niebla, en curso -borrador-).

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