Cartel de Casino (1995), de Martin Scorsese.
Asistimos asombrados a los fastos imperiales. La tormenta de caudales lo arrasaba todo. Dados cargados de dudas corrían por los tapetes. Y los negros cubiletes movíanse raudos. Mudas de serpientes por las mesas con viejos venenos, fichas de las apuestas y un vertedero de iras, entre espesas nubes de humo. Las desdichas de almas sin suerte. Y la muerte.
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