Lo muerto y lo que vive.
La selva y el desierto.
Los tiempos ominosos,
su sustancia manchada.
El principio infinito.
La última jugada.
Todo lo que nos miente como si fuera cierto.
Y lo que
no se ve
en la lid sin final:
el buen bien, el mal mal.
El rincón del rencor
infinitesimal.
Otra aurora
marcada
que llora
debajo de la almohada.
Las enumeraciones.
Y las constelaciones.
Hacia la luz, esquirlas.
Corredores cerrados.
Y el cielo enmarañado
de fuegos de artificio.
Redoblan los tambores.
No rechines los dientes.
Qué lejos el misterio
que se pierde en tu frente.
Y por el corazón abajo,
junto al sexo,
la verdad es verdad en verdad.
En el cielo está el suelo.
El suelo está en el suelo.
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