No está dispuesto el cerco
con que mi mente se hace
cargo de los obscenos
pájaros invisibles
que señalan, al vuelo
de las horas de cera,
el lugar insidioso
donde vuelve la vida
a chorrear su falta
de substancia.
con que mi mente se hace
cargo de los obscenos
pájaros invisibles
que señalan, al vuelo
de las horas de cera,
el lugar insidioso
donde vuelve la vida
a chorrear su falta
de substancia.
Los odres,
inconsistentes, turbios,
golpean las paredes
de la cueva en ruinas
y hay voces subterráneas
que pugnan por entrar.
La luz lo quiebra todo.
No queda nada a salvo,
salvo ese rincón neutro
donde muere la noche.
inconsistentes, turbios,
golpean las paredes
de la cueva en ruinas
y hay voces subterráneas
que pugnan por entrar.
La luz lo quiebra todo.
No queda nada a salvo,
salvo ese rincón neutro
donde muere la noche.
(Levedades)
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