En el Metro de Madrid, línea 4. |
Casi al mismo tiempo, o un poco después (muy a finales de los 60), vendría la explosión del libro de bolsillo, con el lanzamiento de la Biblioteca Salvat de Libros RTV (a cinco duros el ejemplar) y el Libro de Bolsillo de Alianza, entre muchas otras. Fue entonces cuando puede decirse con propiedad que la lectura pudo entrar a formar parte de los hábitos sociales, y el libro dejó su papel de objeto elitista y algo huraño para instalarse en vida cotidiana.
Lo extraño es que, más de medio siglo después, los hábitos lectores sigan siendo algo ajeno a una parte importante y principalmente masculina de la población. Y que un porcentaje monstruosamente significativo de personas declaren que no leen un solo libro al año. Por ahí sí que nos aproximamos al fin del mundo..., al menos tal como lo hemos conocido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario