«Una sombra en el muro de la noche de Eburia». ©️AJR, 2018. |
A ver, a ver... Tanteo en el tintero,
que ya no existe, y con la cuerda floja
de la imaginación busco en la troja
que hubo en mi troje, y cojo el sonajero
que ya no existe, y con la cuerda floja
de la imaginación busco en la troja
que hubo en mi troje, y cojo el sonajero
allí olvidado, como el arpa aquella:
le limpio el polvo, engraso sus platillos
casi oxidados, y por los altillos
de mi memoria cruza una... ¡es ella!
le limpio el polvo, engraso sus platillos
casi oxidados, y por los altillos
de mi memoria cruza una... ¡es ella!
Después de tanto tiempo —ya una vida—,
cuando menos podía yo esperarlo,
ni casi imaginarlo, y sin quererlo,
cuando menos podía yo esperarlo,
ni casi imaginarlo, y sin quererlo,
vuelve a mis ojos la presencia huida
de aquel secreto que hoy, al contemplarlo,
es flor de humo. Y se deshace al verlo.
de aquel secreto que hoy, al contemplarlo,
es flor de humo. Y se deshace al verlo.
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