Qué calor. No está uno para nada. O casi. Menos mal que aún nos funciona la neurona de la memoria de la alegría. Y ahí está Youtube para sacarnos del apuro. A ese manchego ilustre y generalmente lúcido que es Pedro Almodóvar le debemos muchos momentos de vida y color (como aquel álbum). Y de buen ritmo. He aquí tres muestras que cantan y bailan por sí solas, y en todas ellas el mismo disfrute.
Y de postre, este reportaje, que acaso dé cuenta de la principal fuente de esa alegría.
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