Toda la noche soñando con caballitos con alas, Pegasus por allí, pegasos por allá. El que le puso nombre al programa espía de moda no tenia mucha imaginación y sí, en lo que a mí personalmente respecta, bastante mala follá. De momento, ha contaminado —puede que de por vida— un símbolo que tenía en mi mente a muy buen recaudo y, salvo algún pormenor olvidable, ocupando un lugar de gran afectividad. Claro que fue hace tanto… entre 1980 y 1989: Salvat Editores, Príncipe de Vergara, 32, Madrid. Las vueltas que da la vida.
(LUN, 757 ~ De la vida misma)
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