Dónde encontrar refugio
cuando el hueco del día
te oprime la columna vertebral
y el asombro
—como un felino por el bosque en llamas—
huye hacia las laderas
de la noche.
Sorbos de luz ardiente
para quemar mi sed.
Figuras rotas.
Alucinaciones
de la memoria antigua
que brotó del agua
y presagia raíces
clavadas en la atmósfera.
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