(En voz alta). Esta mañana he recogido en El Buscón la poesía dizque completa, a lo largo de cincuenta años (1971-2021) de Hilario Barrero. Un bellísimo volumen, de título mitad cernudiano (realidad), mitad elotiano (memoria), y completamente HB, Tiempo y Deseo, esa luminosa y también terrible cruz. Es muy poderosa la imagen de cubierta (no se dice por ningún lado que es un grabado de Taddeo Zuccaro) y muy elegante la edición. Dentro, entre el prólogo de García Martín y el epílogo de Carlos Alcorta, el orden posible de una vida en la que la poesía ha sido —es— luz y lumbre, guía y querencia, visión y derrotero, pasión y herida... O, por decirlo con la precisión del título (que para eso está), Tiempo y Deseo. Un libro que sin duda va a situar a su autor en el lugar que le corresponde entre los poetas de la tribu. Y a nosotros, sus lectores y amigos, en las cercanías de una voz que ya se nos ha vuelto imprescindible. Noraboa, maestro. Corro a perderme entre estos rumbos.
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