lunes, 26 de octubre de 2020

De las cosas del campo



La oí cantar sin querer esta mañana
con tanta displicencia o desencono
que la creí pardilla, pero era
subigüela, ya ves: la tierna alondra
que canta siempre en todas las viñetas
donde amanece a vista del amor.
Las palabras que desconocemos
no nos permiten ver lo que no vemos.  

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