(Al filo de los días). Un nuevo 15 de octubre, día de Santa Teresa. Siempre me acuerdo de una muy querida y linda amiga y, como al rebolillo (signifique lo que signifique), caigo en la cuenta de que tampoco este año me darán el premio Planeta, juas, juas, aunque quién sabe... Pero como no hay giro aludido que, además de por las cosas (como los círculos de Rilke), no pase por nosotros, aprovecho el memento para traer a colación esta ristra de pistas que darían para mucho demorarse, si uno pudiera. Al conjuro sabio y atento del amigo César Nicolás, la cadena pone en danza varios nombres y diversas obras entre las que la más pertinente es ese poema de Víctor Pérez que se inicia con la mención de Lara y luego ahonda en los demás “infantes”. A mí estas cosas, además de aliviarme la reclusión, me dan mucha alegría. Y por eso, y por lo dicho, las comparto. Disfrútenlas, disfrútense. Que ya eSTán aquí, como sierpe trepada al árbol del Edén, los frutos del otoño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario