Duccio di Buoninsegna: El profeta Oseas, 1308-1311. Predela de un retablo mayor. Museo dell'Opera del Duomo, Siena (Italia). |
Fue entonces cuando un mazo de niebla penetró en la sala, serpenteó entre los congregados, sobrevoló la sencilla mesa presidencial y, en un rápido giro hacia el techo ecológico y alambrado, dejó brillando en lo alto de la penumbra una leyenda, mitad oráculo, mitad plegaria, que decía así: «Seré una hoja de amor a la deriva».
(Rafael Valero Oltra «Oseas», homenaje)
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