Max Ernst: Rien ne va plus, 1973. © Artists Rights Society (ARS), New York. |
Entonces entendió que aquella excepcional tarea que nadie le había impuesto —salvo el destino— ni nada le reportaba a cambio —salvo, si acaso, la consciencia— era el precio que debía pagar si quería tener algún día su vida en sus manos.
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario