martes, 10 de enero de 2017

Invocación


Dime la voz que ignoras
como el agua su fuerza,
lluéveme en los rincones
del silencio interior,
muele mis abstracciones,
tritura mi imágenes.
Y con ese polvillo de alas de mariposa,
y tu saliva santa,
haz el barro que ponga
en mis ojos la luz.



Henri Matisse: La Joie de Vivre, 1905-1906.

4 comentarios:

Antonio del Camino dijo...

He tenido que pinchar en el enlace de comentarios hasta 4 veces para que se me abriese esta ventana. Antes me ha derivado a Booking; una, me temo, apócrifa página de Windows en la que me decía que mi ordenador está infectado y otra de "noséqué". Por fin en el lugar adecuado, apunto que me encanta esta musical oración tan lleva de sugerencias e imágenes y hecha para traer al lector el milagro mismo de la Poesía.

Un fuerte abrazo.

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias por la constancia, Antonio. Y por las hipérboles. Conozco bien esos engorros a la hora de intentar dejar un comentario. Muy latosos. Puede que haya síntomas en la Red de un cuelgue intempestivo. Ojalá que no. Pero es que es mucha tralla. Abrazo.

Pedro Tenorio dijo...

Precioso poema. Y místico.
Ya estoy deseando escucharte en Talavera.

Un abrazo.

Alfredo J Ramos dijo...

Gracias, Pedro. Seguro que nos veremos pronto. Otro abrazo.